Durante años, el escritor peruano Mario Vargas Llosa fue considerado una voz autorizada en la crítica al autoritarismo en América Latina. En 1990 acuñó una de las frases más célebres sobre México al calificar al régimen del PRI como “la dictadura perfecta”, en referencia a cómo el sistema mantenía la apariencia de democracia mientras concentraba el poder.
Su análisis fue tan influyente que muchos lo veían como un referente moral e intelectual para los movimientos que, décadas después, buscaron cambiar el rumbo del país. Entre ellos, Andrés Manuel López Obrador.
Pero cuando AMLO llegó a la presidencia en 2018, el escritor cambió radicalmente de postura.
Vargas Llosa: “El gobierno de AMLO es un retroceso”
Con el paso de los años, Vargas Llosa comenzó a lanzar críticas cada vez más duras contra el proyecto de la Cuarta Transformación. A pesar de haber simpatizado con algunas posturas progresistas en el pasado, el Nobel advirtió que el rumbo del gobierno de López Obrador representaba, en su opinión, un retroceso democrático para México.
Entre sus principales cuestionamientos:
- Acusó a AMLO de concentrar el poder en el Ejecutivo.
- Lo señaló por polarizar al país con un discurso constante contra “los otros”.
- Y puso en duda su compromiso con las instituciones.
Estas opiniones no pasaron desapercibidas.
La respuesta de López Obrador
Fiel a su estilo, el presidente mexicano no se quedó callado. En varias conferencias matutinas, AMLO respondió a Vargas Llosa, insinuando que el escritor había cambiado de bando y que ahora defendía a las élites conservadoras. También le reprochó haber apoyado al fujimorismo en Perú y haber criticado movimientos de izquierda en América Latina. La ruptura fue total.
Una enemistad mediática, no personal
Las diferencias entre ambos se volvieron públicas y constantes. Vargas Llosa se convirtió en uno de los intelectuales más incómodos para el oficialismo mexicano, y su figura fue perdiendo simpatía en sectores que antes lo aplaudían.
Con su fallecimiento este sábado 13 de abril de 2025, se cierra un capítulo más en la historia de los intelectuales latinoamericanos enfrentados con los líderes populistas de la región.