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La cartilla de vacunación actualizada es clave para una vejez saludable señalan geriatras

Robinson Cuadros, médico geriatra y presidente de la IAGG Latinoamérica, explica cómo la vacunación es vital para alcanzar una vejez independiente y saluda

Durante el seminario educativo para periodistas de Latinoamérica organizado por Pfizer, Robinson Cuadros, médico geriatra y presidente del Comité Latinoamericano y del Caribe de la Asociación Internacional de Gerontología y Geriatría (IAGG), abordó una realidad ineludible: estamos envejeciendo, pero no necesariamente de la mejor manera.

“Levante la mano quien esté envejeciendo”, propuso a manera de introducción. “Dudaron... pero es una buena noticia para nosotros los geriatras. La pregunta es: ¿Cómo estamos envejeciendo?”

Cuadros explicó que la pirámide poblacional en América Latina está cambiando drásticamente, con una base cada vez más estrecha de niños y un pico creciente de adultos mayores. “Siete de cada diez jóvenes hoy no quieren tener hijos. Y sin nuevas generaciones, ¿quién cuidará de nosotros en la vejez? Las mascotas no lo harán”, advirtió.

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Según sus estimaciones, un niño nacido hoy en la región tendrá una esperanza de vida de hasta 105 años, y al menos el 80% de los presentes en la sala superarán los 95. “La vejez ya no es una etapa, es un proyecto de largo plazo. Pero, ¿en qué condiciones llegaremos?”

Invertir hoy para no depender mañana

“Ya no podemos asumir que nuestros hijos nos cuidarán. La última generación que tuvo ese cuidado fueron nuestras abuelas”, señaló Cuadros. Por eso, planteó la necesidad urgente de asumir una cultura del autocuidado preventivo desde la adultez.

“Las enfermedades no son típicas de la vejez, se construyen en la edad adulta y se expresan en la vejez. Lo que hacemos hoy con nuestro sueño, nutrición y actividad física determinará nuestra calidad de vida futura”.


Uno de los conceptos que destacó fue el de “inmuno fitness”, es decir, preparar al sistema inmunológico para envejecer de forma saludable. A partir de los 50 años comienza la inmunosenescencia, una caída progresiva en las defensas del cuerpo. A esto se suma la mala nutrición y el sedentarismo, que siguen siendo una constante.

“Las vacunas son una de las herramientas más poderosas que tenemos para fortalecer ese sistema inmunológico envejecido. Vacunarse no solo es prevenir enfermedades, es prepararse para una vejez independiente y digna.”

El especialista hizo un llamado a las autoridades de salud, pero también a cada ciudadano, a asumir su papel en este proceso. “Debemos decidir dónde y con quién queremos envejecer. Y eso se planifica hoy. La vacunación, junto con la buena alimentación, el sueño adecuado y la actividad física, es una inversión en ese futuro”.

En un contexto donde las tasas de natalidad caen y la longevidad se dispara, el mensaje de Cuadros es claro: envejecer bien no es una casualidad, es una estrategia. Y las vacunas, dijo, son parte esencial del plan.

Por su parte, Robinson Cuadros, médico geriatra y presidente del Comité Latinoamericano y del Caribe de la Asociación Internacional de Gerontología y Geriatría (IAGG), abordó una realidad ineludible: estamos envejeciendo, pero no necesariamente de la mejor manera.

“Levante la mano quien esté envejeciendo”, propuso a manera de introducción. “Dudaron... pero es una buena noticia para nosotros los geriatras. La pregunta es: ¿Cómo estamos envejeciendo?”


Cuadros explicó que la pirámide poblacional en América Latina está cambiando drásticamente, con una base cada vez más estrecha de niños y un pico creciente de adultos mayores. “Siete de cada diez jóvenes hoy no quieren tener hijos. Y sin nuevas generaciones, ¿quién cuidará de nosotros en la vejez? Las mascotas no lo harán”, advirtió.

Según sus estimaciones, un niño nacido hoy en la región tendrá una esperanza de vida de hasta 105 años, y al menos el 80% de los presentes en la sala superarán los 95. “La vejez ya no es una etapa, es un proyecto de largo plazo. Pero, ¿en qué condiciones llegaremos?”

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Invertir hoy para no depender mañana

“Ya no podemos asumir que nuestros hijos nos cuidarán. La última generación que tuvo ese cuidado fueron nuestras abuelas”, señaló Cuadros. Por eso, planteó la necesidad urgente de asumir una cultura del autocuidado preventivo desde la adultez.

“Las enfermedades no son típicas de la vejez, se construyen en la edad adulta y se expresan en la vejez. Lo que hacemos hoy con nuestro sueño, nutrición y actividad física determinará nuestra calidad de vida futura”.

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Uno de los conceptos que destacó fue el de “inmuno fitness”, es decir, preparar al sistema inmunológico para envejecer de forma saludable. A partir de los 50 años comienza la inmunosenescencia, una caída progresiva en las defensas del cuerpo. A esto se suma la mala nutrición y el sedentarismo, que siguen siendo una constante.

“Las vacunas son una de las herramientas más poderosas que tenemos para fortalecer ese sistema inmunológico envejecido. Vacunarse no solo es prevenir enfermedades, es prepararse para una vejez independiente y digna”.

El especialista hizo un llamado a las autoridades de salud, pero también a cada ciudadano, a asumir su papel en este proceso. “Debemos decidir dónde y con quién queremos envejecer. Y eso se planifica hoy. La vacunación, junto con la buena alimentación, el sueño adecuado y la actividad física, es una inversión en ese futuro”.

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En un contexto donde las tasas de natalidad caen y la longevidad se dispara, el mensaje de Cuadros es claro: envejecer bien no es una casualidad, es una estrategia. Y las vacunas, dijo, son parte esencial del plan.

El impacto silencioso de las enfermedades infecciosas en la vejez

Por su parte, Rodrigo Romero, director de la Asociación de Vacunología de México, hizo una reflexión desde su propia experiencia clínica reciente:

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“Esta mañana vi a dos pacientes mayores de 70 años. Uno de ellos, como el Papa Francisco, tuvo una infección respiratoria, fue hospitalizado y desde ahí su salud cayó en picada. Lo que comenzó como una infección derivó en síndromes geriátricos que mermaron su calidad de vida”.

El segundo paciente presentaba lesiones dolorosas por herpes zóster. “Estas enfermedades no son exclusivas de la vejez, pero se complican más cuando llegamos sin protección inmunológica“, explicó.

Romero lamentó que aún no se conozca con exactitud la prevalencia de enfermedades infecciosas en adultos mayores, pero compartió un dicho popular que revela una verdad médica: “Enero y febrero, desviejadero”, en alusión a las muertes por neumonía en personas mayores.

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“Las infecciones respiratorias más comunes en adultos mayores son la influenza, el virus respiratorio sincitial, el COVID-19 y el neumococo. Para todas ellas ya existen vacunas efectivas, pero no estamos llegando a esa edad con la protección adecuada", advirtió.

Y concluyó con un llamado claro: “No se trata solo de prevenir enfermedades, sino de prevenir complicaciones, dependencia y muerte evitable. Vacunarse es también cuidar la dignidad de nuestra vejez".

El peso de una hospitalización

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Ambos especialistas alertaron sobre un dato clave: una persona mayor puede perder hasta el 3% de su masa muscular en un solo día de hospitalización. Si consideramos que una estancia promedio en México puede durar una semana, el deterioro funcional es significativo.

“No vuelven a ser los mismos”, señalaron. “Salen frágiles, con riesgo de caídas, incontinencia, y necesidad de apoyo para caminar o incluso para vivir”. De hecho, estudios recientes revelan que el 60% de los adultos mayores que son hospitalizados por neumonía no recuperan su nivel funcional previo. Peor aún: uno de cada tres fallece dentro del año siguiente a la hospitalización.

¿Cómo evitarlo? Con vacunas.

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“Ya se ha demostrado que las vacunas son eficaces y seguras. Erradicamos la viruela y eliminamos el tétanos neonatal, la rubéola congénita y otras enfermedades. Ahora tenemos que llevar ese beneficio a todas las edades, no solo a los niños", subrayaron.

Entre las vacunas clave para adultos mayores mencionaron:

  • Influenza
  • COVID-19
  • Virus respiratorio sincitial (VRS)
  • Neumococo
  • Herpes zóster
  • Virus del papiloma humano (VPH)
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“Tu decisión cuenta”, dice el lema de la Semana de Vacunación de las Américas. Y como subrayó el Dr. Romero: "Las decisiones que tomamos al envejecer importan. Y una de las más relevantes es vacunarse. No garantiza el 100%, pero es lo mejor que tenemos para evitar complicaciones."

El llamado a revisar nuestros propios esquemas

Durante la charla, se lanzó una provocación directa al público, en su mayoría trabajadores del sector salud:

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  • ¿Quién se vacunó contra la influenza este año?
  • ¿Contra COVID-19 con la dosis actualizada 2024-2025?
  • ¿Contra neumococo? ¿Herpes zóster? ¿Papiloma?

Las manos bajaron progresivamente.

“Nosotros que estamos aquí, que trabajamos en salud, debemos ser los primeros en dar ejemplo. Todos tenemos algo pendiente. Yo mismo debo la tercera dosis de VPH", confesó Romero.

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Un recuerdo que marcó una vida

El doctor Cuadros compartió la historia de un paciente de 90 años que vivió con discapacidad toda su vida debido a la poliomielitis. “No fui beneficiario de que me vacunaran de niño”, le dijo. Un recordatorio poderoso del impacto de una vacuna no aplicada.

“La mejor vacuna no es la que está en el refrigerador. Es la que está en el brazo.”

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