Portugal entró el miércoles en el llamado estado de calamidad por segunda vez este año para frenar la tendencia al alza en los casos de coronavirus a pesar de tener una de las mayores tasas de vacunación de Europa.
El estado de calamidad está un nivel por debajo del estado máximo de alerta en el país.
Se reforzarán los controles a pasajeros en aeropuertos, puertos y fronteras terrestres y, a partir del miércoles, la mayoría de los que ingresen al país tendrán que presentar una prueba negativa al coronavirus.
Las mascarillas vuelven a ser obligatorias en espacios cerrados y para acceder a restaurantes, cines, gimnasios y hoteles será necesario presentar el certificad de vacunación o una prueba de haber superado el covid-19.
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Los expertos creen que la tasa de vacunación de Portugal, que con un 87% de sus 10 millones de habitantes es una de las más altas del mundo, ha evitado que el país sufra un ola de infecciones como las de los países del norte de Europa.
Pese a esto, las hospitalizaciones han aumentado desde septiembre. Las autoridades reportaron 2 mil 907 nuevos contagios el martes, con 833 personas hospitalizadas, 116 de ellas en unidades de cuidados intensivos, y 15 decesos.