La economía informal en México, es decir, las actividades productivas irregulares que no pagan impuestos y se mantienen al margen del control oficial, registró un impacto superior al de su contraparte formal a causa de la crisis generada por la pandemia de covid-19.
El año pasado, el valor agregado bruto de la economía informal tuvo una contracción de 12.2%, la caída más fuerte desde 2003, cuando inició su registro, revela la actualización de la medición de la economía informal llevada a cabo por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
El desplome de las actividades informales fue muy superior a la caída de 7.1% registrada por el segmento formal y por arriba de la contracción de 8.2% reportada por el conjunto de la economía durante el 2020.
Así, la economía informal observó una participación de 21.9% en el Producto Interno Bruto (PIB) del país, proporción que se ubicó en su nivel más bajo en 18 años, cuando el Inegi inició su medición.
La mayor parte de la población ocupada del país se mantuvo en la economía informal durante la pandemia, y su participación respecto al total pasó de 56.5% en 2019 a 55.6% en 2020.
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La productividad de la mano de obra en el sector informal es mucho menor que en la economía formal. Por cada 100 pesos del PIB generado en 2020, sólo 22 pesos correspondieron a 56% de la población ocupada total que se encuentra en la informalidad, mientras que 78 pesos los produjo 44% de ocupados que se ubica en el sector formal.
Al interior de la economía informal, 11.0% de su participación en el PIB correspondió al sector informal (aquellos negocios no registrados de los hogares dedicados a la producción de bienes o servicios).
En tanto, 10.9% correspondió a otras modalidades de la informalidad (OMI), que se refieren a todo trabajo que aun y cuando labora para unidades económicas distintas a las de los micronegocios no registrados, no cuenta con seguridad social ni prestaciones sociales. Las OMI incluyen al sector agropecuario, al trabajo doméstico remunerado y al empleo informal en actividades formales.
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En términos comparativos, entre 2019 y 2020 la participación de la economía informal pasó de 23.1% a 21.9%, reflejo de los cambios en la composición del sector informal, que pasó de 11.4% a 11.0%, así como las OMI, que pasaron de 11.7% a 10.9%, siendo este componente el más afectado por la pandemia durante 2020.
La economía informal por sector de actividad económica tuvo efectos por la emergencia sanitaria en la distribución de las participaciones sectoriales. Por ejemplo, su participación en el comercio al por menor aumentó de 24.9% en 2019 a 26.0% en 2020, así como el segmento de otros servicios, que pasó de 5.8% a 6.3% en el mismo lapso.
Por el contrario, las actividades donde la informalidad redujo su participación de 2019 a 2020 fueron la construcción, donde pasó de 15.6% a 14.6%, e industrias manufactureras, de 12.7% a 13.3%, entre otras.