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¿Se quedará o se irá? Se acerca la vista de Djokovic

Luego de cuatro noches en un hotel de detención de inmigrantes en Australia, Novak Djokovic comparecerá ante un tribunal el lunes en un caso de deportación que ha polarizado opiniones y despertó un efusivo respaldo al tenista, número uno del mundo, en su Serbia natal.

La visa de Djokovic fue cancelada tras aterrizar en el aeropuerto de Melbourne el miércoles, cuando las autoridades fronterizas australianas determinaron que no cumplía los criterios para una dispensa del requisito de haber completado la pauta de vacunación contra el COVID-19 para entrar al país, vigente para todos los viajeros extranjeros.

Sus abogados han presentado documentos judiciales como parte de su recurso que acreditan que el as del tenis arrojó positivo al COVID-19 el mes pasado y se recuperó. Este fue el argumento que utilizó para solicitar una exención médica a las estrictas normas de vacunación del país.

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El proceso continuará con una vista virtual de apelación a la cancelación de la visa, que tendrá lugar a las 10:00 en Melbourne (2300 GMT del domingo) en el Tribunal Federal de Circuito y Familia de Australia.

Según publicó la prensa local el domingo, la petición del gobierno federal para tener más tiempo para preparar su caso ha sido rechazada. El pedido, realizado en nombre de la ministra de Interior, Karen Andrews, durante el fin de semana, buscaba aplazar la vista final wn dos días, a apenas cinco del inicio del torneo.

El juez del Tribunal Federal de Circuito, Anthony Kelly, rechazó la solicitud y el caso se reanudará el lunes como estaba previsto.

En Serbia, su familia celebró el sábado una concentración en su apoyo en la capital, Belgrado, por tercer día consecutivo, y la primera ministra, Ana Brnabic, le aseguró el respaldo de su gobierno en la lucha para garantizar su entrada al país para defender su título en el Abierto de Australia. El primer major del año arrancará el 17 de enero, justo una semana después de su comparecencia judicial.


“Hemos conseguido que se le de comida sin gluten, además de herramientas para ejercitarse, una computadora portátil y una tarjeta SIM para que pueda estar en contacto con su familia», apuntó Brnabic. Según la prensa australiana, las autoridades migratorias negaron el pedido de que su chef personal le cocinase durante su estancia en el hotel de inmigración.

Entre sus 20 títulos del Grand Slam, un récord en el tenis masculino que comparte con Roger Federer y Rafael Nadal, Djokovic atesora nueve conquistados en Melbourne Park.

En el mundo perfecto de Djokovic, habría estado tomando las elaboraciones de su cocinero personal, ejercitándose en el gimnasio y entrenando en la cancha a diario desde su llegada, y todo rodeado de su grupo de apoyo y sus amigos.

Pero en su lugar ha estado confinado en una habitación de un modesto hotel para migrantes en el centro de Melbourne, con guardas en el pasillo.

Su caso es complejo.

El 1 de enero, Djokovic recibió una exención médica respaldada por el gobierno del estado de Victoria — donde está Melbourne — y por los organizadores del torneo en base a la información que proporcionó a dos comités médicos independientes. Además, su visa fue aprobada de forma electrónica.


Pero las autoridades fronterizas consideraron inválida la dispensa estatal, permitida en personas que hayan dado positivo al coronavirus en los seis meses previos. Ésta le habría valido para entrar al torneo, pero no para satisfacer las demandas de la Patrulla Fronteriza Australiana.

Los medios australianos han reportado detalles de los documentos judiciales que se espera sean presentados como pruebas el lunes. En ellos se muestra que el tenista recibió una carta del jefe médico de Tennis Australia el 30 de diciembre “en la que se hacía constar que había recibido una ‘exención médica a la vacunación contra el COVID’ sobre la base de su reciente recuperación del COVID”.

Según el documento, la fecha del primer positivo de Djokovic, de 34 años, fue el 16 de diciembre de 2021, y “no había tenido fiebre ni síntomas respiratorios en las últimas 72 horas”.

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El primer ministro de Australia, Scott Morrison, quien dijo que “las reglas son las reglas” y que los pasajeros son responsables de cumplir los requisitos fronterizos, ha sido acusado de aprovechar el caso para mejorar su maltrecha popularidades antes de unas inminentes elecciones.

La situación de Djokovic ha hecho que desde Serbia se asegure que está siendo tratado como un prisionero. El tenista parece haberse convertido en el abanderado de los grupos antivacunas, incluyendo algunos que se han estado congregando en el exterior del hotel.

Los organizadores del Abierto de Australia han sido criticados por la situación del as, y al parecer con motivo.

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Según los reportes, Tennis Australia, que gestiona el torneo y organiza la logística para los más de 2.000 deportistas, equipos y árbitros que participan, habría dado una interpretación incorrecta a los tenistas sobre los motivos aceptables para solicitar una exención. Entre ellos, la interpretación de que haber superado la enfermedad en los seis meses previos podría otorgarles un salvoconducto. Los organizadores culparon al ejecutivo federal por sus mensajes contradictorios sobre la política.

Djokovic era uno de los dos deportistas detenidos en el hotel, que alberga también a refugiados y solicitantes de asilo. Una tercera persona, que podría ser un árbitro, abandonó el país de forma voluntaria tras las pesquisas de las autoridades fronterizas.

La otra arrestada es la checa Renata Voráčová, de 38 años, que llevaba una semana en el país cuando se le abrió una investigación. El Ministerio de Exteriores de su país dijo que la especialista en se marchó voluntariamente tras decidir que no recurriría la decisión.

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La vista del lunes determinará si Djokovic sigue sus pasos o no.

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Los periodistas de The Associated Press Dusan Stojanovic en Belgrado, Serbia, y John Pye en Brisbane, Australia contribuyeron a este despacho.

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