BRATISLAVA, Eslovaquia (AP) — Eslovaquia relajó el lunes las restricciones sociales al disminuir la incidencia del coronavirus, aunque el impacto de la contagiosa variante ómicron todavía no se ha sentido totalmente.
Entre los cambios está la eliminación del toque de queda que regía de 8 p.m. a 5 a.m.
También, desde ahora los bares, restaurantes y tiendas podrán permanecer abiertos sin restricciones. Solo las personas plenamente vacunadas o los que se hayan recuperado de COVID-19 podrán entrar a bares, restaurantes, hoteles, centros de esquí, templos religiosos y tiendas de bienes no esenciales.
Las escuelas de primaria y secundaria han reabierto, pero los alumnos deben portar la mascarilla. El gobierno también levantó parcialmente las restricciones sobre diversos eventos públicos, incluyendo conciertos y competencias deportivas, permitiéndolos solo con un aforo de 50%.
En casos de bodas, fiestas, discotecas y otras concentraciones de personas, se permitirá la asistencia de máximo 20 personas, y deberán estar vacunadas o haberse recuperado del virus.
Cuando llegó la variante delta, hubo un súbito aumento de los casos de virus en Eslovaquia, pero recientemente la cifra ha disminuido.
La nación de 5,5 millones de habitantes ha reportado un total de 864.000 casos de COVID-19 y 16.989 decesos. Unos 2,6 millones están totalmente vacunados, menos que el promedio de la Unión Europea.
Confirmando la tendencia reciente, 2.117 enfermos de COVID-19 necesitaron hospitalización el domingo, comparado con más de 3.600 a inicios de diciembre.
Las autoridades eslovacas anticipan que sentirán el pleno impacto de la variante ómicron en las semanas venideras. Solo 54 casos de ómicron habían sido oficialmente confirmados para el viernes.