Aunque pudiera pensarse que el trabajo tecnológico es fácil de realizarse, no es así y se estima que al menos 42 por ciento de los profesionales de ese sector están en un alto riesgo de desarrollar agotamiento emocional, mientras que uno de cada cinco quieran dejar su empresa dentro de los próximos seis meses por falta de bienestar mental.
El burnout o síndrome de “trabajador quemado” es la culminación de un crónico y prolongado estrés laboral, el que se genera principalmente por el exceso de trabajo, solicitudes constantes contra reloj y la soledad, elemento que aumentó durante la pandemia.
Además, se notó que al no ejercer el “derecho a la desconexión” incrementa esos factores de riesgo al considerar que todo el tiempo están disponibles, aunque todos estos factores son comunes en la industria tecnológica, la presencia del burnout en esta actividad económica no está bien documentada.
Fue por esta situación que se creó una herramienta gratuita llamada Burnout Index, desarrollada por Yerbo, para que las personas conozcan su nivel de riesgo de agotamiento, reuniendo el mayor conjunto de datos de este tipo jamás creado.
“El Burnout Index actúa como una calculadora que mide el grado de cómo se siente el participante: exhausto, ineficiente, deshonesto o experimenta despersonalización. Estas son las cuatro dimensiones que están científicamente vinculadas al burnout y cada una corresponde a una puntuación, resultando en un riesgo bajo, moderado o alto”.
Entre enero y septiembre del año pasado se recopilaron 32 mil 644 respuestas de profesionales de la tecnología en 33 países. Los primeros resultados del estudio, que aún está en curso, apuntan a una crisis de agotamiento en el sector tecnológico, ya que ademas de las cifras mencionadas, 57 por ciento son detractores de su compañía.
“Las mujeres tienen un mayor riesgo de desarrollar agotamiento que sus compañeros de trabajo, tienden a obtener una puntuación más alta en los niveles de burnout: 46 por ciento se sienten agotadas y sin energía física y emocional después de una jornada laboral, en comparación con 38 por ciento de los hombres”.
