«Son óperas de por sí épicas, pero estas circunstancias lo hacen más difícil», afirma el director musical sobre el impacto de la pandemia
MADRID, 19 (EUROPA PRESS)
El Teatro Real ofrecerá, a partir del próximo 26 de enero, un total de nueve funciones de ‘El ocaso de los dioses’ de Richard Wagner, con la que se pone fin a la tetralogía de ‘El anillo de nibelungo’, que se ha presentado en el escenario del coliseo madrileño en cuatro temporadas sucesivas.
La producción cuenta con Robert Carsen como director de escena, con una puesta en escena creada para la Ópera de Colonia (Alemania) en el 2000, y con Pablo Heras-Casado como primer director musical invitado del Real, al frente del Coro y la Orquesta Titulares del Teatro Real.
«Lo que supone para mí se puede definir como el proyecto más importante de mi vida y de mi carrera. Este Anillo lo es, no solo por lo que supone, sino por cómo ha transcurrido a pesar de todos los retos ya inimaginables», ha comentado Heras-Casado en la rueda de prensa de presentación.
Preguntado por la representación de ‘Sigfrido’ la pasada temporada, que estuvo marcada por las medidas sanitarias debido a la irrupción de la pandemia, ha recordado que han tenido que «afrontar la producción en unas condiciones muy diferentes» a las esperadas.
En este punto, ha precisado que este tipo de óperas, «son óperas que ya de por sí, en las mejores circunstancias, son épicas y son retos casi inabarcables, pero estas circunstancias lo hacen más difícil». Por ello, ha reconocido que pensaba que «quizás este año no iba a ser así», pero que, dadas las circunstancias actuales, seguirán tomando medidas de seguridad, como control de distancias y aforos.
«Supone retos para todo el mundo, para los propios músicos que se ven en estas condiciones –insisto, de una ópera que ya casi es imposible de realizar– y tienen que hacer un esfuerzo enorme para oírse entre sí y regular balances», ha subrayado.
En el Teatro Real, ‘El ocaso de los dioses’ contará con 11 solistas, 115 músicos –ubicados en el foso y en 8 palcos a ambos lados del escenario con el fin de mantener la distancia de seguridad sanitaria–, 62 miembros del coro y 17 actores figurantes.
«Tenemos nueve funciones de ‘El ocaso de los dioses’, pocos teatros del mundo –en una situación normal–, pueden presumir de poder planificar nueve funciones contando con el apoyo y la respuesta fantástica del público. Es un privilegio y un honor estar aquí terminando este viaje fascinante», ha enfatizado.
EL PAPEL DEL MEDIO AMBIENTE
Por su parte, Carsen ha señalado que, cuando se planteó esta producción en Colonia, hace 20 años, su punto de partida era la catástrofe ecológica. «La naturaleza es muy importante en la obra», apostilla.
«Nuestra destrucción del medio ambiente conducirá a la destrucción del ser humano. Para Wagner esta era una cuestión candente, y de ahí la importancia que le da en el contexto del mito al medio ambiente», ha subrayado el director de escena para quien «el elemento medioambiental está presente con una gran fuerza en la obra».
«Es verdad que la pandemia sería un resultado de nuestro comportamiento y de todo lo que hemos hecho a este planeta, que ya está al borde sus posibilidades», ha denunciado. A su juicio, la «carrera irresponsable del ser humano» sobre el planeta lleva a la humanidad «al desastre».
En la misma línea se ha expresado el director artístico del Teatro Real, Joan Matabosch, para quien «Wagner hacía una metáfora para criticar la revolución industrial del siglo XIX». «Pero lo que es muy inquietante es que la metáfora se ha literalizado», ha aseverado.
UN FINAL IRREVERSIBLE CON UNA BRIZNA DE ESPERANZA
‘El anillo del nibelungo’ es una tetralogía creada por Richard Wagner en 1876 compuesta por las óperas ‘El oro del Rin’, ‘La valquiria’ , ‘Sigfrido’ y ‘El ocaso de los dioses’. Tres de ellas se desarrollan en el mundo de los Dioses y la última en de los humanos. A lo largo de cuatro temporadas han desarrollado la idea que traslada la alegoría wagneriana a la actualidad en un mundo contaminado, destruido entre todos, pero mostrando la oportunidad de resurgir tras un fuego sanador.
La última parte de la historia fue la primera de las cuatro óperas que forman ‘El anillo del nibelungo’ y en ella se relata la muerte de Sigfrido, el sacrificio de Brunilda, el fin de la tiranía de los dioses y la destrucción del Valhalla. El destino, la maldición del anillo y la ambición de los dioses conducen a los protagonistas a un final irreversible en el que, en contraposición, reside una brizna de esperanza al volver el anillo a las hijas del Rin y restablecer el orden natural.
La estructura de la obra se asemeja a la de las tragedias griegas y en ella, el desarrollo musical camina en paralelo al devenir del drama, convirtiendo a la orquesta en una suerte de personaje o coro que anticipa, explica o narra la acción, avanzando entre los numerosos ‘leitmotivs’ hasta llegar a la expresión trasformadora de la muerte de Sigfrido en la ‘Marcha fúnebre’ y a la redención del mundo tras la inmolación de Brunilda.
La ópera contará, en sus papeles principales, con las voces de Andreas Schager (Siegfried), Lauri Vasar (Gunther), Martin Winkler (Alberich), Stephen Milling (Hagen), Ricarda Merbeth (Brünnhilde), Amanda Majeski (Gutrune/norna), Michaela Schuster (Waltraute), Elizabeth Bailey (Woglinde), Maria Miró (Wellgunde), Claudia Huckle (Flosshilde/norna) y Kai Rüütel (norna).
Las nueve funciones de la ópera comenzarán a las 18.30 horas, con excepción de los domingos, cuyo inicio será a las 17.00 horas, para adaptar el horario a la larga extensión de la obra, de cinco horas y media.
Además, como ha recordado el director general del Teatro Real, Ignacio García-Belenguer, se grabará ‘El ocaso de los dioses’ para su emisión en My Opera Player y su retransmisión en Radio Clásica.