Alerta de que «están prácticamente agotados» ante las restricciones a causa del conflicto
MADRID, 21 (EUROPA PRESS)
Naciones Unidas ha alertado de que los niveles de distribución de ayuda alimentaria en la región etíope de Tigray (norte) están «en su momento más bajo de la historia» y ha agregado que «están prácticamente agotados», ante las dificultades para obtener suministros a causa del conflicto desatado en noviembre de 2020.
La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) ha indicado en un comunicado que sólo se pudo dar ayuda a cerca de 10.000 personas entre el 6 y el 12 de enero, mientras que hasta el 16 de enero se ha alcanzado al 71 por ciento de las 534.000 personas que figuraban como objetivo.
Asimismo, ha resaltado que más de 145.000 niños han recibido la vacuna contra el sarampión en la región, si bien ha incidido en que «la campaña hace frente a desafíos, incluida la falta de combustible, efectivo y una capacidad de mantener la cadena del frío».
El organismo ha recordado que unos 9,4 millones de personas necesitan ayuda en Tigray y las regiones adyacentes de Amhara y Afar, antes de resaltar que más de 63.000 personas han huido hacia Sudán desde el 7 de noviembre para escapar del conflicto.
En este sentido, el portavoz de la Secretaría General de la ONU, Stéphane Dujarric, ha hecho hincapié en que «desde el 14 de diciembre de 2021 no han entrado suministros humanitarios en Tigray a través del corredor Semera-Abala-Mekelle a causa de los continuados enfrentamientos en Abala, en la región de Afar».
«No se ha permitido la entrada de combustible para operaciones humanitarias en Tigray a través de esta ruta desde el 2 de agosto de 2021», ha dicho, antes de incidir en que «las organizaciones de ayuda son incapaces de hacerse con el combustible suficiente a nivel local».
«Como resultado, tanto nosotros como nuestros socios hemos tenido que reducir, posponer o cancelar la distribución de alimentos, medicinas y suministros nutricionales, así como otros materiales críticos», ha señalado Dujarric, quien ha resaltado que «800.000 personas necesitan ayuda cada semana».
En esta línea, ha confirmado que en estos momentos se ha alcanzado «el menor nivel de asistencia alimentaria desde que las operaciones se expandieron en marzo de 2021». «Nuestros socios han indicado que los suministros que quedan pueden dar apoyo sólo a cerca de 28.000 personas», ha lamentado.
El secretario general de la ONU, António Guterres, aplaudió el miércoles el «esfuerzo demostrable» del Gobierno etíope y el Frente Popular para la Liberación de Tigray (TPLF) para lograr un fin al conflicto y mostró la disposición del organismo para «apoyar un proceso de diálogo, paz, seguridad y reconciliación inclusivo y nacional».
El conflicto en Etiopía estalló en noviembre de 2020 tras un ataque del TPLF contra la principal base del Ejército, situada en Mekelle, tras lo que el primer ministro, Abiy Ahmed, ordenó una ofensiva contra el grupo tras meses de tensiones a nivel político y administrativo.
El propio Abiy se trasladó a finales de noviembre al frente de guerra para encabezar las operaciones militares y recientemente regresó a la capital tras los últimos avances del Ejército, mientras que el TPLF ha rechazado hasta la fecha un diálogo con Abiy si no se cumplen sus condiciones y ha abogado abiertamente por la dimisión del primer ministro.
El TPLF acusa a Abiy de azuzar las tensiones desde su llegada al poder en abril de 2018, cuando se convirtió en el primer oromo en acceder al cargo. Hasta entonces, el TPLF había sido la fuerza dominante dentro de la coalición que gobernó Etiopía desde 1991, el Frente Democrático Revolucionario del Pueblo Etíope (EPRDF), sustentada en las etnias. El grupo se opuso a las reformas de Abiy, que consideró como un intento de socavar su influencia.