ROMA, 25 (EUROPA PRESS)
El Papa ha instado a no seguir «las modas del momento» en una misa celebrada con motivo de la conclusión de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, en la que ha subrayado que lo importante es servir «juntos» a los más necesitados de la sociedad.
«Sirvamos a los necesitados, sirvamos juntos a Jesús sufriente», ha instado el Pontífice en el tradicional rezo de las Vísperas en la Basílica de San Pablo extramuros de Roma con motivo de la fiesta de la Conversión de San Pablo.
«La mirra, que se usará para honrar el cuerpo de Jesús depuesto de la cruz, nos recuerda la necesidad de cuidar la carne sufriente del Señor, desgarrada en los miembros de los pobres», ha insistido.
La celebración ha comenzado con el rezo en silencio ante la tumba de San Pablo acompañado por el presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, el cardenal Kurt Koch y dos representantes de otras confesiones cristianas: el metropolitano ortodoxo Polykarpos Stavropoulos, del Patriarcado Ecuménico de Italia y Malta; y el obispo anglicano Ian Ernest, representante personal del arzobispo de Canterbury ante la Santa Sede.
Durante su homilía, Francisco se ha referido a «los cristianos que viven en varias regiones diezmadas por la guerra y la violencia», al hablar de los cristianos en Oriente Próximo, de los que ha destacado su testimonio de esperanza.
El Papa ha instado a los cristianos a «caminar hacia la unidad plena» para que lo que ha pedido que no se dejen «deslumbrar por los resplandores del mundo» y «las estrellas esplendentes pero fugaces».
«No sigamos las modas del momento, meteoros que se apagan; no caigamos en la tentación de brillar con luz propia, o sea de encerrarnos en nuestro grupo y salvaguardarnos a nosotros mismos», ha dicho.
Así, el Pontífice ha reivindicado «la valentía de la humildad» como «el único camino para llegar a adorar a Dios en la misma casa y en torno al mismo altar». A este respecto, ha instado a «anteponer» al hermano a los «miedos», porque el Señor quiere que confíen los unos en los otros y caminen juntos, a pesar de sus debilidades y sus pecados, a pesar de los errores del pasado y las heridas recíprocas». «Incluso en nuestro camino hacia la unidad podemos estancarnos por la misma razón que paralizó a aquella gente: la conmoción, el miedo», ha concluido.