Los religiosos, ante la sexta ola: «Ha habido comunidades enteras confinadas pero hemos salido adelante con mucha solidaridad»
MADRID, 1 (EUROPA PRESS)
La Conferencia Española de Religiosos (CONFER) ha mostrado su disposición a «subsanar errores», si los hay, en los bienes inmatriculados porque «no es voluntad de la Iglesia quedarse con nada que no le pertenezca».
«Sí quisiera subrayar, por parte no solo de los religiosos y religiosas sino de la Iglesia en general, la buena voluntad de enmendar las cosas, y por supuesto, ese error, si es error, se subsana y se corrige, y lo que son litigios que puedan surgir ya en el ámbito judicial, si no hay un entendimiento previo, creo que esa apertura está y no es voluntad de la Iglesia quedarse con nada que no le pertenezca», ha subrayado el presidente de la Conferencia Española de Religiosos (CONFER), Jesús Díaz Sariego, en una entrevista con Europa Press, con motivo de la Jornada de la Vida Consagrada, que se celebra este miércoles.
Según ha precisado, «si algo se ha inscrito por error, por supuesto, ni dudarlo cinco minutos, hay que enmendar el error» y, por otro lado, cree que, «si la Iglesia ha inscrito un bien porque considera que es suyo pero alguien, otra institución o alguien particular lo reclama tiene todo el derecho a hacerlo y ahí se vería si hay que llevarlo a un proceso judicial o no».
Así se ha pronunciado en relación al asunto de los bienes inmatriculados por la Iglesia. Según el informe entregado por la Conferencia Episcopal Española al Gobierno hace una semana, con 2.500 incidencias sobre el listado inicial de casi 35.000 bienes, habría en torno a 80 bienes inmatriculados que pertenecen a comunidades religiosas u otras entidades religiosas.
Desde la CONFER muestran su disposición a «enmendar las cosas» si es que se han cometido equivocaciones y a acatar la decisión de los tribunales en caso de que haya otra institución o persona física que los reclame y el juez determine que son los legítimos propietarios.
COMUNIDADES ENTERAS CONFINADAS
Por otro lado, sobre la pandemia y la sexta ola, el presidente de CONFER ha destacado que las congregaciones religiosas han colaborado en estas últimas semanas ante las cuarentenas ocasionadas por la variante Ómnicron que ha dejado a «comunidades enteras confinadas».
«Claro que nos ha afectado, a veces ha habido comunidades enteras confinadas y no han podido desempeñar el trabajo apostólico que diariamente realizan en el ámbito sanitario, social, educativo, pastoral o parroquial, pero hemos salido adelante, hemos vivido mucha solidaridad y mucha comprensión entre los religiosos y religiosas, con la Iglesia más amplia y con las personas a las que atendemos», ha explicado Díaz Sariego.
Con motivo de la celebración este miércoles 2 de febrero de la Jornada de la Vida Consagrada, Díaz Sariego explica que en España hay unos 37.300 religiosos y religiosas repartidos en 4.600 comunidades en todo el territorio nacional. A ellos hay sumar los 8.000 monjes y monjas de clausura, que viven en unos 750 monasterios.
Asimismo, el presidente de CONFER destaca la importancia que España tiene para la vida consagrada en su vinculación con América, Asia y África, ya que hay unos 11.000 misioneros y misioneras españoles por el mundo.
Con respecto a años anteriores, Díaz Sariego ha precisado que «hay una tónica de descenso más o menos estable» de forma que «cada año puede haber en torno a 600 ó 700 religiosos que fallecen», una cifra que se incrementó sobre todo en el primer año de la pandemia. En los primeros meses de 2020, antes de la llegada de las vacunas, fallecieron más de 300 religiosos y religiosas por Covid.
PRÁCTICAMENTE EL 100% VACUNADOS
Precisamente, sobre la vacunación, el presidente de CONFER ha asegurado que entre los religiosos españoles hay «una conciencia muy grande» y «prácticamente el 100%» están vacunados contra la Covid-19. «Los religiosos estamos muy en contacto con la gente y es un gesto de responsabilidad grande», ha detallado.
Por otro lado, en cuanto a las razones del descenso en el número de religiosos y religiosas, Díaz Sariego también lo achaca a la «falta de vocaciones», ya que no se da el necesario relevo generacional. La media de edad de los consagrados y consagradas en España es de en torno a 73 años, y en periodos de formación –noviciado y años posteriores– hay en torno a 1.000 jóvenes repartidos en diversas congregaciones.
«Tenemos que reconocer que la media de edad es alta, aún sigue habiendo vocaciones pero no son las cifras vocacionales que España conoció en los años 50 y 60, pero sigue habiendo jóvenes interesados para asumir una vida consagrada, sin llegar a esos números que hemos conocido en España», ha indicado Díaz Sariego.
En este sentido, ha precisado que la pandemia ha «removido por dentro» a muchas personas que han «tomado conciencia de que no todo está en sus manos». Si bien, ha matizado que no se puede decir exactamente que esto haya provocado un aumento de las vocaciones.
«Es verdad que la pandemia ha hecho en la sociedad española en general plantearse muchas cosas, tomar conciencia de que somos vulnerables, que no todo lo tenemos seguro, que lo que planificamos puede venirse abajo por algo imprevisto y mundial, eso ha hecho pensar a las personas, removerse por dentro», ha explicado.