El presidente de Rusia, Vladimir Putin, y su homólogo chino, Xi Jinping, han declarado este viernes a una sola voz su oposición a lo que perciben como una maniobra de expansión de la OTAN en el este de Europa y sus intentos de «socavar la estabilidad de otros países», en velada referencia la tensión en Ucrania.
En un comunicado conjunto, publicado tras la llegada de Putin a la capital china, Pekín, para presenciar este viernes la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Invierno, Rusia y China no solo «se oponen a una mayor expansión de la OTAN», sino que piden además a la Alianza Atlántica «que abandone los enfoques ideológicos de la era de la Guerra Fría, respete la soberanía, la seguridad y los intereses de otros países».
Esta declaración ocurre en un momento de enorme tensión entre Rusia y los países de la OTAN por la acumulación de militares rusos en la frontera con Ucrania, prolegómeno de una invasión, según los países de la Alianza, con Estados Unidos a la cabeza. Rusia niega que tenga interés en ordenar una ofensiva militar y acusa por contra a la OTAN de incrementar la tensión de manera artificial para justificar una maniobra de expansión hacia el este de Europa.
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Tanto Putin como Xi denuncian en este sentido y de nuevo en referencia a la OTAN, la existencia de «estados individuales, alianzas o coaliciones político-militares» que actúan «en detrimento de la seguridad de otros» con el objetivo de «fomentar antagonismo y la confrontación, socavar gravemente el orden de la seguridad internacional y la estabilidad estratégica mundial».
Como parte de las negociaciones para desactivar la tensión, Rusia ha presentado una serie de propuestas por escrito que, a muy grandes rasgos, pide a la OTAN que verifique su papel como garante de la estabilidad en Europa, en lugar de actuar como fuerza generadora de conflictos. En este sentido, el presidente de China «apoya las propuestas presentadas por la Federación Rusa sobre la formación de garantías de seguridad legalmente vinculantes a largo plazo en el continente europeo», según el comunicado, publicado en la página web oficial del Kremlin.
Por lo demás, el presidente de Rusia llega a Pekín para celebrar la proximidad «sin precedentes» en las relaciones bilaterales entre ambos países en pleno boicot diplomático al evento de buena parte de la comunidad occidental.
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«Nuestra relación bilateral ahora mismo no tiene precedentes en lo que se refiere a nuestro espíritu de amistad y relación estratégica», ha declarado Putin en comentarios televisados antes de un encuentro a puerta cerrada con el presidente Xi.
«La relación entre ambos países es un ejemplo de buena vecindad, que facilita el desarrollo mutuo», ha añadido Putin en declaraciones recogidas por el ‘South China Morning Post’. Para el presidente ruso, «el fortalecimiento de las relaciones» con China no solo «facilita la salvaguarda de los intereses comunes entre ambos países» sino que es fundamental para «la seguridad estratégica mundial».