Aunque el 9 de febrero el Ejército mexicano logró retomar el control del municipio de Aguililla, la violencia de los cárteles de la droga no abandona a la región de Tierra Caliente en Michoacán. Los habitantes de esta demarcación enfrentan el riesgo de explotar mientras caminan por sus campos de cultivo, pues el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) sembró explosivos para detener el avance de las fuerzas de seguridad.
Las minas antipersonales son la estrategia mediante la cual el CJNG sigue sembrando terror en pobladores y elementos de seguridad en Michoacán. Durante el fin de semana, los explosivos cobraron una víctima y dejaron a otra persona herida de gravedad en la comunidad de El Aguaje.
El fallecido a causa de las minas antipersonales tenía 78 años y respondía al nombre de Cristobal, mientras que su hijo Humberto de 45, resultó herido. Al momento del accidente, Cristobal y su hijo constataban el estado de su propiedad luego ser víctimas de desplazamiento forzado por la violencia de los cárteles de la droga, cuando se accionó el artefacto y acabó con la vida del campesino y dejó gravemente herido a su acompañante.
El hecho causó indignación y temor en los habitantes del municipio, quienes aseguran que los artefactos están por todas partes y tienen miedo de retomar su trabajo agrícola en sus tierras. En este sentido, solicitaron la instalación de un destacamento militar para que los elementos de seguridad encuentren los artefactos explosivos que el CJNG dejó a su paso.
Otro incidente tuvo lugar el pasado 31 de enero, cuando un camión blindado de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) activó una mina mientras circulaba en los linderos entre Tepalcatepec y Aguililla, cuyo estallido hirió gravemente al conductor.
Si bien el gobierno que encabeza Alfredo Ramírez Bedolla ha celebrado el avance de las fuerzas federales en los municipios de Tierra Caliente en Michoacán, la violencia de los cárteles sigue presente a través de las minas antipersonales que siembran terror en la población.
Minas antipersonal: un arma prohibida
Las minas antipersonales están prohibidas desde 1999, cuando entró en vigor el Tratado de Ottawa, firmado por más de 150 países entre los que está México; mismo que plantea la la prohibición del empleo, almacenamiento, producción y transferencia de minas antipersonal.
Dicho tratado considera sumamente peligroso el uso de las minas antipersonales, porque las detonaciones no solo suelen afectar a militares sino a civiles, a quienes pueden arrebatar la vida o mutilarlos gravemente, como ocurrió en el caso de Cristobal y su hijo Humberto en Aguililla.
Sin embargo, el uso de este tipo de artefactos explosivos se ha detectado en al menos tres países de Latinoamérica como Venezuela, Colombia y México; así como en países con conflictos militares como Siria e Irak.
Cabe señalar que, aunque los dispositivos están prohibidos en muchos países, su uso prevalece porque grupos criminales como los cárteles mexicanos los fabrican de manera artesanal; pero también se debe a que los países que producen y utilizan las minas antipersonales como Estados Unidos, Rusia y China no son parte del Tratado de Ottawa.