Ucrania.- La escisión de la Iglesia ortodoxa en Ucrania tiene “poco que ver” con el actual conflicto, según un experto

ROMA, 25 (EUROPA PRESS)

La escisión de la Iglesia ortodoxa en Ucrania tiene «poco que ver» con el actual conflicto, según el sacerdote jesuita Germano Marani, profesor del Russicum, un colegio católico en Roma dedicado a los estudios de la cultura y la espiritualidad de Rusia.

El patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, firmó en 2019 un decreto que otorgaba a la Iglesia ortodoxa de Ucrania la independencia respecto a la iglesia ortodoxa rusa. «Esto ha creado una situación difícil porque la iglesia ortodoxa rusa no ha aceptado esta autocefalia de parte de la Iglesia ucraniana», ha manifestado.

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Por un lado, según ha explicado a Europa Press, porque por detrás de esto «está la cuestión de la identidad» del pueblo ucraniano, que en el pasado «ha sido parte integrante de la Historia y la cultura de la Iglesia ortodoxa rusa». «La génesis del cristianismo en Moscú proviene de Kiev, por lo tanto, separarse de su iglesia madre ha sido considerado una gran pérdida por parte de los ortodoxos rusos», ha manifestado. Aunque, por otro lado, los ucranianos reivindican su «derecho a tener» su propia Iglesia, ha agregado.

No obstante, el experto, que en 2019 acompañó a un centenar de sacerdotes de la diócesis de Roma en un viaje a Moscú para conocer de cerca la espiritualidad ortodoxa rusa, considera que las religiones tienen «poco que ver» con el actual conflicto.

En cualquier caso, ha destacado que en Ucrania hay «una especie de consejo de todas las religiones» en el que se reúne representantes de la Iglesia ortodoxa, de la Iglesia greco-católica, de los musulmanes y de los protestantes que «ha condenado» de forma unánime la guerra. «Lo que hay detrás es la pregunta de si Ucrania es o no parte de Rusia. Desde la caída del muro de Berlín, y la desintegración de la URSS, Ucrania es un Estado autónomo y soberano. Un pueblo que quiere autodeterminación. Pero desde el punto de vista de Putin, Ucrania es la pequeña rusia», ha explicado.

En este sentido, comenta que el Patriarca Kirill, máximo representante de la Iglesia Ortodoxa en Rusia, está «muy atento a no invadir el espacio del (presidente ruso Vladimir) Putin» y a «no contradecirlo fuertemente».


«Hay una sinfonía no escrita, un caminar juntos evidente entre el Estado y la Iglesia ortodoxa rusa. Por eso, el patriarca de Constantinopla, Bartolomé I, ha sido más claro en la condena contra la ofensiva rusa, mientras que el Patriarca Kirill que vive y celebra la liturgia en Moscú, ha sido más prudente», ha señalado.

ENFRENTAMIENTO ENTRE MOSCÚ Y CONSTANTINOPLA

Marani, no obstante, ha manifestado que esa armonía visible entre Putin, que se presenta a sí mismo como el impulsor del actual renacimiento religioso de Rusia, y el patriarca Kirill no tiene tampoco un «papel determinante» en el actual conflicto entre Rusia y Ucrania. Si bien ha admitido que como telón de fondo está «el enfrentamiento secular entre la iglesia ortodoxa de Moscú y la de Constantinopla».

La mayor parte de los 41 millones de habitantes de Ucrania son ortodoxos. Pero la Iglesia ortodoxa cuenta allí con varias ramas: hay una Iglesia ortodoxa ucraniana dependiente del patriarcado de Moscú; una Iglesia ortodoxa nacional (descabezada de la anterior tras la independencia de la Unión Soviética en 1991), y una Iglesia autocéfala nacida antes, tras la revolución soviética de 1917, la mayoría de cuyos fieles viven fuera del país.

El patriarca de la Iglesia ortodoxa nacional es el metropolita Epifanio. Esta iglesia obtuvo en 2019 del patriarcado ecuménico de Constantinopla el decreto de autocefalia, es decir, el reconocimiento como Iglesia patriarcal nacional. Ello trajo consigo una ruptura de relaciones entre los patriarcados de Moscú, que no reconoce esa autonomía, y de Constantinopla. Desde entonces, en las liturgias de la Iglesia ortodoxa rusa ya no se menciona al patriarca ecuménico Bartolomé, primus inter pares entre las Iglesias ortodoxas, como se venía haciendo hasta entonces. Con aproximadamente la mitad de todos los fieles, la rusa es, con diferencia, la de mayor peso en el mundo ortodoxo.

CATÓLICOS, MINORITARIOS: LATINOS Y UNIATAS


Los católicos, por su parte, son minoritarios. Representan alrededor del 10 por ciento de la población si se suman los greco-católicos y los latinos. La Iglesia greco-católica, de rito bizantino, es una de las 21 Iglesias orientales vinculadas a la Iglesia católica a través de la Congregación para las Iglesias Orientales. Se trata de la célebre Iglesia uniata, una denominación con connotaciones despectivas utilizada por los ortodoxos, que consideran que ha traicionado su esencia y renunciado a su identidad al someterse a la autoridad de Roma. El arzobispo mayor de la Iglesia greco-católica de Ucrania es el obispo Sviatoslav Shevchuk.

Precisamente, Marani ha valorado como un gesto «cargado de significado» el hecho de que el Papa haya visitado esta mañana la embajada rusa ante la Santa Sede para «manifestar su preocupación por la guerra», según ha confirmado también la oficina de prensa del Vaticano. «Son muchos los expertos que piensan que el único que puede pararle los pies a Putin es Francisco», ha declarado. «Esto forma parte de los hilos de la diplomacia que no se ven en el telediario. Es importante que la Iglesia católica no permanezca como un actor pasivo en este conflicto», ha valorado a continuación.

De todas formas, ha frenado la consideración inmediata de una posible mediación de la Santa Sede en el conflicto. «Es una cuestión muy delicada. Si las dos partes están de acuerdo, puede hacerse. Pero la Santa Sede no va a ofrecer su mediación solo si una de las partes quiere sentarse en la mesa de las negociaciones porque sería abanderar los intereses de una sola de las partes», ha concluido.

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