Al menos 21 personas han muerto, entre ellas dos niños, como consecuencias de los bombardeos perpetrados por Rusia en la ciudad ucraniana de Sumy, en el noreste del país, según un nuevo balance de víctimas divulgado por las autoridades locales.
La Fiscalía ha difundido imágenes de estos ataques y ha confirmado la apertura de una investigación por presuntos crímenes de guerra, ya que entre los objetivos alcanzados hay zonas residenciales, teóricamente protegidas por el Derecho Internacional.
“Aviones enemigos atacaron insidiosamente edificios de viviendas”, denunciaron en Telegram los servicios de socorro, que llegaron al lugar.
El responsable de la administración regional, Dimitro Zhivitski, que había informado inicialmente de diez víctimas, también ha denunciado que los bombardeos han afectado a viviendas y se han extendido incluso a la zona centro de la ciudad.
Moscú y Kiev han pactado teóricamente un plan de evacuación de la zona y los medios ucranianos han informado de la salida de vehículos desde Sumy hasta la localidad de Poltava, situada a unos 170 kilómetros de distancia.
Por otro lado, la fiscalía regional aseguró en su cuenta de Facebook, que una mujer pudo ser rescatada de entre los escombros.
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