MADRID, 8 (EUROPA PRESS)
El PERTE para la Salud de Vanguardia, aprobado el pasado 30 de noviembre en el Consejo de Ministros, es «muy prometedor», según ha resaltado el socio director de Healthcare en NTT DATA, Alberto Borrego, durante el encuentro informativo ‘Hacia la salud de vanguardia desde los datos y ciencia’, organizado por Europa Press.
Este PERTE prevé una inversión de al menos 1.469 millones de euros en el periodo 2021-2023, con una contribución del sector público de más de 982 millones de euros y una inversión privada estimada inicialmente en cerca de 487 millones de euros. Se estima que el proyecto generará una contribución en el PIB de más de 4.300 millones de euros y permitirá la creación de cerca de 12.700 nuevos puestos de trabajo.
Este instrumento de colaboración público-privada está centrado en la transformación del sector sanitario a través de la ciencia y la innovación. Con este proyecto se pretende impulsar la creación de un sistema sanitario de altas prestaciones basado en la Medicina de Precisión, las terapias avanzadas y la inteligencia artificial.
Así, el PERTE permitirá avanzar en cuatro objetivos clave. El primero de ellos es posicionar España como «país líder en la innovación y desarrollo de terapias avanzadas, orientadas a la curación de enfermedades como la diabetes o las enfermedades neurodegenerativas, entre otras».
«Se trata de garantizar y hacer sostenible, desde el punto de vista financiero, la prestación por el SNS de los sistemas de salud de vanguardia para todos los ciudadanos y de apoyar las excelentes capacidades de investigación, innovación y desarrollo clínico de las universidades, los centros de investigación y el sistema hospitalario», recoge el plan.
El segundo objetivo estratégico es impulsar la implementación equitativa de una Medicina Personalizada de Precisión, favoreciendo el refuerzo, el desarrollo y la creación de empresas competitivas basadas en la generación de conocimiento.
Otro de los objetivos del PERTE es desarrollar un SNS digital, con una base de datos integrada que permita la recogida, el tratamiento, el análisis y la explotación de los datos procedentes de las distintas fuentes para mejorar la prevención, el diagnóstico, el tratamiento, la rehabilitación y la investigación.
Además, se pretende potenciar la atención sanitaria primaria a través de la transformación digital, con la aplicación de tecnología avanzada para todas las actividades que impliquen relación con la ciudadanía y la gestión de los recursos en cualquier punto del país y en todos los ámbitos asistenciales, en condiciones de ciberseguridad, para reforzar la cohesión social y territorial.
«PUEDE SUPONER UN IMPULSO MUY IMPORTANTE»
«El PERTE es muy prometedor porque puede suponer un impulso muy importante en varios aspectos, como hacer tratamientos más personalizados, un espacio de datos sanitarios más alineado con la estrategia europea, el impulso de la inteligencia artificial y a la investigación, que son necesidades patentes», ha apuntado Alberto Borrego.
Con una inversión directa de casi 1.500 millones, el experto considera que puede ser una «palanca muy prometedora» para la transformación del sistema sanitario. «Es una inversión muy importante pero relativamente pequeña en comparación con la inversión en salud en torno al Sistema Nacional de Salud, es una semilla», ha explicado.
Borrego considera que en los últimos años, también por la pandemia de COVID-19, el SNS ha mostrado «deficiencias» que han evidenciado la necesidad de transformarlo para abordar retos como «la sostenibilidad, la escasez de profesionales, el envejecimiento de la población o la salud mental».
«La pandemia también ha puesto en evidencia la necesidad de reforzar la Salud Pública o de usar los datos para anticiparse a posibles brotes o pandemias en el futuro, así como de reforzar el papel del Ministerio de Sanidad», ha expuesto.
«REINDUSTRIALIZACIÓN»
Por su parte, el director del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), Cristóbal Belda Iniesta, ha explicado que el PERTE tiene que ser un «motor de transformación». «Tenemos que ser capaces de obtener información tecnológica, ambiental, social, de todo tipo… Y que esa estructura sea capaz de conseguir mejorar la salud de las personas, conseguir la curación de aquello que no se puede curar y ser capaces de diseñar medicinas con nombres y apellidos», ha argumentado.
Al mismo tiempo, ha insistido en la necesidad de «reindustrializar» Europa, algo que se está abordando desde los PERTE aprobados por el Gobierno. En este sentido, considera que esta inversión «tiene que permitir avanzar en algunas de las brechas», como la que se produce en el sistema de Ciencia y Tecnología.
«Somos capaces de producir ciencia básica a alto nivel, pero existe una asimetría con nuestro PIB. No hemos sido capaces de transformar esa producción científica en industrias y productos. Esto es algo que tenemos que ser capaces de resolver. Las industrias están muy necesitadas de I+D verdaderamente disruptora. Hay que empezar a mirar a las necesidades de las empresas», ha reivindicado.
Igualmente, Belda también ha fijado como objetivo «dar facilidades a los científicos», algo que cree que se podrá conseguir con la reforma de la Ley de la Ciencia. «Hay que generar puestos de trabajo industriales altísimamente cualificados y puestos muy cualificados no vinculados a una formación académica que precise diez o doce años. Es decir, puestos de trabajo científicos e industriales, en ambos sectores», ha señalado.
Para ello, ve clave que se incorpore a «personas con 50 o 55 años con buena capacitación profesional» a este PERTE. «Vemos en el día a día, no solo en este sector, la necesidad de trabajar en la brecha de que una persona de más de 50 años pueda tener un futuro muy prometedor trabajando en transformación digital», ha añadido al respecto Alberto Borrego.
Por último, el máximo dirigente del ISCIII también ha defendido la importancia de mejorar en la prevención. «Sabemos que las primeras lesiones coronarias se forman durante la adolescencia. Esto a lo que nos lleva es que probablemente nos tenemos que ir mucho antes de lo que estamos haciendo si lo que queremos es retrasar la enfermedad. La vida es finita, esto es un realidad, lo importante es que dure lo máximo posible en las mejores condiciones posibles. Se puede cambiar la historia de una persona mucho antes de lo que pensamos», ha remachado.