Ofrece aumentar su producción de petróleo para vender al país norteamericano
MADRID, 11 (EUROPA PRESS)
El presidente de Colombia, Iván Duque, ha asegurado que su país y Estados Unidos mantienen que el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, «es un dictador», a pesar de que una delegación estadounidense se reuniera con el mandatario para abordar temas de seguridad energética en el marco de la invasión de Rusia sobre Ucrania.
En una rueda de prensa posterior a su encuentro con el presidente estadounidense, Joe Biden, en Washington, Duque ha asegurado que «no discutirá» la decisión de la Administración del país norteamericano de reunirse con Maduro.
«Estados Unidos maneja su relación, sus misiones, su política en el marco de lo que son sus intereses, y particularmente en lo que se trata de la liberación de sus presos políticos», ha indicado, antes de pedir «ir al fondo de la pregunta».
«¿Estados Unidos y Colombia siguen trabajando por el restablecimiento de la democracia en Venezuela? La respuesta es sí. ¿Estados Unidos y Colombia siguen manteniendo su postura de que Nicolás Maduro es un dictador? Sí», ha explicado, según ha recogido Caracol Radio.
En este contexto, Duque ha trasladado que ha ofrecido a Biden aumentar el suministro del petróleo que se envía a Estados Unidos, después de que el Gobierno estadounidense haya prohibido la importación de petróleo ruso, entre otras materias primas.
Según el mandatario colombiano, su país «tiene más capacidades de suministrar hidrocarburos de lo que tiene hoy Venezuela». «Hoy nosotros estamos produciendo más de 890.000 barriles y podemos muy pronto llegar a un millón de barriles al día», ha asegurado.
La vicepresidenta de Colombia, Marta Lucía Ramírez, ya señaló el martes, tras la reunión en Venezuela, que «lo importante» es «escuchar» la postura de Estados Unidos porque la geopolítica mundial ha cambiado en los últimos 15 días como consecuencia de la intervención de Rusia en Ucrania».
Maduro confirmó el lunes que se reunió con una delegación de Estados Unidos el fin de semana, tras lo que ha planteado la posibilidad de trabajar en un «agenda» común «desde el respeto», según Washington en aras de la seguridad energética global.