El hallazgo de siete personas calcinadas en Celaya, Guanajuato, el 23 de marzo, de las cuales ya se confirmó que dos eran integrantes del grupo musical “Los Chuparrecios”, reabrió la conversación sobre la violencia que ejercen los grupos criminales sobre los artistas, particularmente los músicos que son contratados para tocar en sus eventos privados.
De acuerdo con las versiones de los familiares, los integrantes de los “Los Chuparrecios” salieron de sus casas en la localidad de Rancho Seco, en Celaya, el martes 22 de marzo alrededor de las 15:00 horas para acudir a una tocada –la cual no especificaron si sería en un lugar privado o en un salón de fiestas– y no volvieron a comunicarse con ellos.
La camioneta del grupo musical fue encontrada vacía y sin instrumentos musicales. En tanto que las autoridades hallaron a siete personas calcinadas en una camioneta Ford con placas de Michoacán. No obstante, los familiares confirmaron la identidad de dos de los cuerpos como integrantes de la banda.
El caso de “Los Chuparrecios” no es único en México, y en los últimos años se han presentado diversos hechos violentos que involucran a los músicos con el crimen organizado. Más allá de los asesinatos de artistas famosos como Chalino Sánchez, Valentín Elizalde o Sergio Gómez de K-Paz de la Sierra, las agrupaciones musicales de cualquier índole están expuestas a un panorama violento.
En enero de 2020, 10 músicos indígenas fueron asesinados a tiros y sus cuerpos fueron quemados en el municipio de Chilapa de Álvarez,en Guerrero. Dicho crimen fue relacionado con la agrupación criminal de Los Ardillos, las víctimas fueron todos hombres entre las edades de 15 y 42 años de edad.
Ocho años antes, José Baldenegro, baterista de la agrupación“Enigma Norteño”, oriunda de Sinaloa, fue secuestrado por un grupo armado el 29 de marzo de 2012, y un día más tarde su cuerpo fue hallado sin vida con huellas de tortura e impactos de bala.
En 2017, 17 integrantes de la agrupación “Kombo Kolombia”, especializado en vallenato, fueron secuestrados cuando realizaban una presentación en el bar La Carreta, en Monterrey, Nuevo León. Los cuerpos de los integrantes fueron hallados con el tiro de gracia. El crimen fue relacionado con José Isidro Cruz Villarreal, jefe regional de Los Zetas, quien presuntamente se habría vengado del grupo por que amenizaron un evento del Cártel del Golfo.
En 2019, en el marco del Día Nacional de la Banda en Las Vegas, Estados Unidos, artistas como el cantante Gerardo Ortiz y Samuel Sarmiento (Banda Recoditos) calificaron al asunto como “un tema muy delicado”. En enero de ese año, Ortiz se vio obligado a cancelar una presentación en Acapulco por amenazas del crimen organizado.
Entre los músicos que no son famosos abundan las historias que señalan comentarios como “te quedas a tocar hasta que yo te diga”, “no toques esa canción” o “¿qué traes con mi vieja”. No obstante, una respuesta incorrecta o negativa ante hombres armados, alcoholizados y, en algunos casos, bajo los efectos de algún estupefacientes, puede costarles la vida.