CIUDAD DE MÉXICO (AP) — El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador dijo el lunes que básicamente ya se dio por vencido en su intento quijotesco de vender el avión presidencial y lo rentará para bodas o fiestas.
López Obrador reconoció que el gobierno no ha logrado vender el Boeing 787, por considerarlo demasiado lujoso y se niega a usarlo.
En su lugar, el presidente dijo que simplemente dará el avión a una empresa liderada por el Ejército que operará el nuevo aeropuerto Felipe Ángeles de Ciudad de México. El avión estará estacionado ahí y estará disponible para que las personas lo renten y hagan fiestas a bordo.
Desde 2018, López Obrador ha intentado convencer a ejecutivos de empresas y corporaciones para que compren el avión, e incluso organizó un sorteo simbólico.
López Obrador se enorgullece de su austeridad, vuela en aviones comerciales y sólo ha hecho un viaje al extranjero.
El mandatario indicó que es complicado vender el avión porque es demasiado extravagante y se hizo bajo pedido. Agregó que el gobierno seguirá abierto a ofertas para vender el avión, pero después de casi tres años y medio dijo que eso parece poco probable.
El avión fue comprado por 200 millones de dólares y lo usó el presidente anterior, Enrique Peña Nieto. Su venta ha sido difícil porque está fabricado para que sólo 80 personas vayan a bordo y tiene una suite presidencial completa con baño privado. Los expertos dicen que sería costoso rediseñarlo para vuelos normales con un cupo de hasta 300 pasajeros.