Datos del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México apuntan que de dos millones 200 mil trabajadoras del hogar -a nivel nacional- solo 49 mil están afiliadas al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), por lo que el resto estaría en riesgo de trata en la modalidad de explotación laboral.
Durante la presentación del reporte ‘Trabajadoras del Hogar: Confinamiento obligatorio y riesgo de trata’, el presidente de dicho organismo, Salvador Guerrero Chiprés, expuso la alarmante cifra que, dijo, pone en evidencia los abusos contra este sector económicamente activo.
Indicó que, además de ello, a partir de la pandemia de Covid-19, el Consejo comenzó a recibir llamadas de personas trabajadoras del hogar reportando violencia, discriminación, privación de la libertad, embarazos por abuso de poder y confinamiento obligatorio en sus lugares de trabajo por la emergencia sanitaria.
Cifra negra
A través de sus diversos medios de contacto, el Consejo Ciudadano únicamente ha recibido 20 llamadas de trabajadoras del hogar reportando algún tipo de violencia; sin embargo, Salvador Guerrero reconoció que hay ‘una gigantesca cifra negra en materia de explotación laboral’, por lo que llamó a las víctimas a denunciar.
Refirió que los reportes recibidos provienen de la Ciudad de México, Estado de México, Veracruz, Puebla y Jalisco, todos a partir de que comenzó la emergencia sanitaria y por lo cual decidieron exponer el caso debido a que está prendiendo las alertas.
En esta línea, indicó que muchas desconocen que son sujetas de algún grado de violencia, como la patrimonial y económica.
Racismo y discriminación
‘Chachas’, ‘sirvientas’, ‘criadas’ o ‘gatas’ son nombres despectivos que todavía están presentes en el lenguaje cotidiano para referirse a las trabajadoras del hogar y que son parte del violentómetro que presentó el Consejo a fin de que alguna víctima pueda reconocer cuando sufre violencia.
Cambiar ese racismo y discriminación, agregó Guerrero Chiprés, es parte de la transformación que debe haber en las sociedades y en la cual todavía hay una gran brecha para poder dar ese salto.
Explicó que es prioritario visibiliza y ubicar los abusos contra este sector económico, no solo como una problemática laboral, sino como un asunto que obstaculiza el ejercicio de sus derecho a una vida libre de violencia.
Violentómetro
- Falta de contrato
- Nombres despectivos (“chaha”, “sirvienta”, “criada”, “gata”)
- Bromas racistas o clasistas
- Chantajear, manipular
- Ignorar
- Culpar
- Descalificar
- Ridiculizar, humillar
- Gritar o usar lenguaje ofensivo
- Controlar, prohibir (Entradas, salidas, alimento, idas al baño, aseo personal, apariencia, celular, redes sociales)
- Destruir artículos personales
- Insinuaciones sexuales, piropos
- Manosear
- Trato agresivo
- Golpear
- Pellizcar, arañar
- Empujar, jalonear
- Cachetear
- Patear
- Encerrar, aislar (No permitir ver a la familia, no tener acceso a internet, no permitir llamadas)
- Condiciones insalubres
- Quitar documentos personales
- Falta o retención de pago
- Falta de atención médica
- Jornadas demasiado largas
- Falta de descanso
- Obligar a trabajar a adultos mayores
- Amenazar
- Abuso sexual
- Violar
- Embarazo por abuso de poder
- Trata de Personas: esclavitud moderna
ASÍ SON
- 91% son mujeres
- 35 años, promedio nacional de edad; 33, en la CDMX
- Primaria, nivel escolar promedio
- Migran, principalmente, de Chiapas, San Luis Potosí, Veracruz, Puebla y Oaxaca
- 28% es de origen indígena
- Una de cada cuatro habla solo alguna lengua indígena
- Para llegar a su lugar de trabajo, 60% utiliza el transporte público y 37% hace más de media hora
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