Estados del Golfo planean cumbre sobre Yemen sin los hutíes

DUBÁI, Emiratos Árabes Unidos (AP) — Los estados árabes del Golfo Pérsico celebrarán el martes una cumbre sobre la guerra en Yemen que ha sido boicoteada por los rebeldes hutíes del país porque se celebra en Arabia Saudí, su rival en el largo conflicto armado.

La decisión de los rebeldes, que cuentan con el respaldo de Irán, de no acudir a la reunión convocada por el Consejo de Cooperación del Golfo (GCC, por sus siglas en inglés), con sede en Arabia, puso en duda de inmediato su eficacia.

Naciones Unidas, diplomáticos y otros han presionado para un posible alto el fuego con motivo del mes sagrado del islam, el Ramadán, como en años anteriores. Es probable que el Ramadán comience este fin de semana, en función del avistamiento de la luna creciente.

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El GCC — formado por Bahréin, Kuwait, Omán, Qatar, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos — tiene previsto reunirse a puerta cerrada el martes en Riad. El lunes, su secretario general, Nayef al-Hajraf, mantuvo conversaciones con el embajador británico en Yemen, Richard Oppenheim, y con funcionarios yemeníes aliados con su gobierno reconocido internacionalmente, que está exiliado.

En ese diálogo, al-Hajraf, un político kuwaití, abordó “los esfuerzos para frenar la guerra y las vías para lograr una paz integral para aliviar el sufrimiento humano del que es testigo la población yemení”, según la agencia noticiosa estatal Saudi Press.

Los hutíes, por su parte, han rechazado la cumbre por celebrarse en Arabia Saudí, además de por el cierre del aeropuerto de Saná y las restricciones en los puertos del país impuestas por la coalición liderada por Riad, que libra una guerra contra los rebeldes.

Los insurgentes, que durante el fin de semana atacaron un depósito de petróleo en la ciudad saudí de Yeda antes de la celebración de una carrera de Fórmula Uno allí, han pedido que las conversaciones se celebren en un país “neutral”.


“El régimen saudí debe demostrar su seriedad hacia la paz (…) respondiendo a un alto el fuego, levantando asedio y expulsando a las fuerzas extranjeras de nuestro país», escribió el vocero hutí, Mohammad Abdul-Salam, en Twitter. “Entonces llegará la paz y será el momento de hablar de soluciones políticas en un ambiente tranquilo lejos de cualquier presión militar o humanitaria».

El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, habló el lunes en la noche con el ministro de Exteriores saudí, el príncipe Faisal bin Farhan. Según el Departamento de Estado, “abordaron el respaldo a la propuesta de la ONU para una tregua durante el Ramadán en Yemen y los esfuerzos para lanzar un nuevo proceso de paz más inclusivo y completo”.

La guerra en Yemen comenzó en septiembre de 2014, cuando los hutíes tomaron la capital, Saná, desde su bastión en el noroeste del país más pobre del mundo árabe. Esto obligó a exiliarse al gobierno liderado por el presidente Abed Rabbo Mansour Hadi, elegido en 2012 como único candidato tras el largo mandato de Ali Abdullah Saleh.

La coalición saudí, que incluye a Emiratos, intervino en la guerra en marzo de 2015 para tratar de devolver el poder al gobierno de Hadi. Pero el sangriento conflicto se ha prolongado a lo largo de los años y puso al país al borde de la hambruna.

Más de 150.000 personas, entre combatientes y civiles, han muerto en la guerra, según el Proyecto de Datos de Eventos y Ubicación de Conflictos Armados. Los datos más recientes apuntan a que las víctimas civiles rondan las 14.500 personas.

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