MADRID, 1 (EUROPA PRESS)
El portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Ned Price ha negado este jueves en rueda de prensa las acusaciones del primer ministro de Pakistán, Imran Jan, de que Estados Unidos busca derrocar a su Ejecutivo.
«Estamos siguiendo de cerca los acontecimientos en Pakistán, y respetamos, apoyamos el proceso constitucional de Pakistán y el estado de derecho. Pero cuando se trata de esas acusaciones, no hay verdad en ellas», ha dicho Price.
El Parlamento de Pakistán anunció este jueves su decisión de aplazar hasta el domingo la sesión en la que iba a debatirse la moción de censura presentada por la oposición contra el primer ministro, un proceso que ha sufrido varios retrasos, lo que ha desatado las críticas opositoras ante lo que describen como un intento de no permitir una votación al respecto.
La sesión arrancó con una petición de un asesor de Jan para aplazar la sesión para que el hemiciclo pudiera usarse para una reunión del comité de Seguridad Nacional, prevista para dos horas después, algo que fue rechazado después de una votación, según informó el diario paquistaní ‘Dawn’.
Tras ello, el vicepresidente del Parlamento, Qasim Jan Suri –quien ha encabezado la sesión–, abrió el proceso de intervenciones, mientras que la oposición exigió que diera paso a la votación de la moción de censura. Ante esta situación, Suri dijo que la actitud de los opositores «no era seria» y aplazó la sesión.
Después de conocerse la decisión, Jan pronunció un discurso televisado en el que vinculó la moción de censura en su contra con una «conspiración extranjera», supuestamente debido a la «política exterior independiente» de su Administración.
Así, explicó que un país extranjero –que primero identificó con Estados Unidos para después rectificar– remitió una carta «a Pakistán» en la que mostraba «saber» acerca de la moción de censura en su contra antes de que fuera presentada por la oposición en la Asamblea Nacional.
Jan manifestó en todo momento su confianza en que la moción de censura no será aprobada, tal y como ocurrió en marzo de 2021, cuando se presentó voluntariamente a una moción de confianza tras los malos resultados de su partido en las legislativas.
El primer ministro paquistaní, cuyos cinco años de mandato terminan en agosto de 2023, se impuso en unas elecciones en 2018 marcadas por las acusaciones contra el Ejército por su supuesta influencia en el proceso para favorecer su victoria.