ROMA, 2 (EUROPA PRESS)
El Papa ha llegado al santuario de Ta’Pinu, en la isla de Gozo, subido en un catamarán desde el Puerto Grande de La Valeta (Malta) adonde ha llegado este sábado para un viaje de dos días.
En esta isla, a tan solo 5 kilómetros de Malta, el Papa ha visitado este centro de peregrinación dedicado a la advocación de la Asunción, cuyos orígenes son anteriores al siglo XV.
Francisco – que arrastra problemas de movilidad con un dolor agudo en la rodilla- no ha podido descender por la escalerilla del avión. Para facilitarle la bajada, se ha instalado un pequeño ascensor por el que ha podido bajar hasta el aeropuerto en la capital maltesa, donde le han recibido las autoridades políticas y religiosas del país.
Francisco se ha reunido por la mañana con las autoridades del país en el palacio del Gran Maestre, sede de la Presidencia maltesa, y ha reivindicado la necesidad de la «corresponsabilidad europea» en la gestión migratoria tras denunciar los acuerdos «turbios» con los países del norte de África para las devoluciones en caliente.
Francisco no ha mencionado expresamente los acuerdos de la Unión Europea con Libia para dejar en manos de este país la reducción del flujo migratorio procedente de África y detener las embarcaciones que llegan a Europa a través de la ruta central del Mediterráneo, pero ha criticado «que países civilizados no pueden sancionar por interés propio acuerdos turbios con delincuentes que esclavizan a las personas».
El viaje a Malta estaba planeando para 2020, pero tuvo que ser aplazado por la pandemia. La guerra en Ucrania ha marcado desde el principio este viaje, en el que ha criticado «la agresividad infantil y destructiva que amenaza» al mundo, en referencia a la invasión de Ucrania por parte de Rusia. También ha alertado del riesgo de que la situación derive en «una guerra fría ampliada que puede sofocar la vida de pueblos y generaciones enteras».
El Papa ha clamado contra guerra y ha señalado que desde el este de Europa, «donde surge antes la luz, han llegado las tinieblas de la guerra». «Pensábamos que las invasiones de otros países, los brutales combates en las calles y las amenazas atómicas fueran oscuros recuerdos de un pasado lejano», ha añadido.
Si bien no ha hecho una mención específica de Rusia o Ucrania, se ha referido a que «una vez más algún poderoso, tristemente encerrado en las anacrónicas pretensiones de intereses nacionalistas, provoca y fomenta conflictos». Según han interpretado los expertos, el Papa se ha referido de forma indirecta al presidente ruso Vladimir Putin.
Durante el viaje en avión que lo ha llevado a Malta, ha señalado ante los periodistas que un posible viaje a Kiev está sobre la mesa.