Economía

Reduflación: la maña para cobrar más por menos en época de crisis

En economía, la reduflación es el proceso en que mercancías se reducen en tamaño o cantidad, mientras que sus precios siguen siendo los mismos o aumentan.

Precios Cada vez sale más caro ir al supermercado y los consumidores pueden comprar menos con el mismo dinero. (Publimetro)

¿Quién no ha notado que el súpers se come cada vez más el sueldo a pesar del aumento del salario mínimo? Pero no es solo una cuestión de percepción, es una realidad. Mientras que los precios siguen a la alza, en México 7.29 y en países como España ya rozan el 9.8%, se asfixia a los consumidores con una práctica que busca engañarlos: la reduflación.

En economía, la reduflación es una estrategia de marketing de las marcas para reducir de forma casi imperceptible el tamaño o la cantidad del producto que venden manteniendo el mismo precio o, incluso aumentándolo. Este efecto es una respuesta al aumento en el nivel general de precios de los bienes, manifestado por unidad de peso o volumen, a causa de múltiples factores, principalmente la pérdida de poder adquisitivo de la moneda —en este caso el peso mexicano— la caída del poder de compra de los consumidores y/o el aumento del costo de los insumos, y cuya respuesta de la oferta es la reducción en el peso o tamaño de los bienes.

La reduflación se concibe entonces a modo de adaptación de la oferta a la presión inflacionaria, y se plantea para evitar una perturbación en la dinámica de transferencias hacia el mercado, y frente a la competencia. Por causa y respuesta, se configura entonces como una forma sigilosa de inflación en todas las áreas: desde los restaurantes hasta en los productos de venta al público en los supermercados.

Por ejemplo, si en una bolsa de papas fritas había habitualmente 20 unidades, ahora vendrían 15 por el mismo precio. De esta manera, las empresas reducen los costes y aumentan el margen que reciben y el consumidor no se da cuenta de que le están subiendo el precio. Pero, esto no es exclusivo de los supermercados, hasta en los últimos tiempos vemos cómo la prensa de pago cada vez ofrece menos páginas de contenido por el mismo costo o superior. Si antes de que se decretara la pandemia podías encontrar diarios impresos por entre 10 y 15 pesos con paginaciones superiores a las 40 páginas, en 2022 esos mismos diarios no superan las 24 e incluso llegan a subir sus precios hasta los 25 pesos en las ediciones dominicales.

Ante esta situación, muchos consumidores de información han optado por migrar a otras opciones con contenido oportuno, veraz y conciso que incluso son gratuitas. Uno de estos casos es Publimetro, que ofrece información los 365 días del año en digital y tiene presencia con ediciones impresas en 7 entidades de la República Mexicana: CDMX, Jalisco, Nuevo León, Puebla, Yucatán, León y Michoacán.

Y en los restaurantes sucede lo mismo, donde antes comían dos por un ticket de 400 pesos, hoy supera los 650 pesos con dos bebidas sin alcohol y tres platos para compartir en plena colonia Nápoles de la Ciudad de México.

A este fenómeno se le bautizó en la década de 2010, en los medios anglosajones, como ‘shrinkflation’, un acrónimo de ‘shrink’, que significa reducción, y ‘flation’, referido al proceso de inflación.

Un “engaño” legal

En realidad, se trata de una subida de precios encubierta puesto que en la mayoría de los casos controlamos el precio del producto que adquirimos, pero no su peso. Esta práctica se da sobre todo en el sector de la alimentación, desde el chocolate, el turrón o los helados hasta las bolsas de papas fritas o las latas de frijoles

A pesar de que desde las organizaciones en defensa de los consumidores señalan que la reduflación “se considera un engaño”, supone una práctica legal ya que el fabricante o distribuidor especifica en el paquete dicho cambio de cantidad. Por eso la OCU recomienda que nos fijemos en el precio por kilo, gramo o litro, que es la cifra pequeña que sale debajo del precio del producto en las estanterías del supermercado.

Las marcas justifican esta estrategia en la equiparación de los procesos de producción, el encarecimiento en los precios de importación de las materias primas y en los costes del transporte o de la mano de obra. Para más inri, incluso argumentan que se debe a su preocupación por la salud del consumidor y es que, al ofrecer menos cantidad, reducen el azúcar o eliminan ingredientes perjudiciales.

Un grupo de periodistas de la cadena británica BBC ha analizado 19 productos de distintos fabricantes y han descubierto que 18 de ellos habían sufrido reducciones en su tamaño. La Oficina Nacional de Estadística de Reino Unido revela que, en los últimos cinco años, más de 2 mil 529 productos han reducido su tamaño sin variar los precios.

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