Científicos mexicanos y japoneses aseguran que se produce un sismo lento bajo el mar de la Costa Chica de Guerrero nunca antes registrado en la historia de México. Los investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y la Universidad de Kyiti, emprendieron la expedición en el buque El Puma desde el puerto de Mazatlán, Sinaloa, ubicado en el océano Pacífico.
El tripulante responsable del grupo de expedición, el doctor Víctor Manuel Cruz Atienza, especialista en física de sismos de la UNAM, explicó que el sismo lento que está ocurriendo en bajo el océano Pacífico en las costas guerrerenses podría provocar en las próximas semanas un sismo de igual o mayor magnitud que el de 19 de septiembre de 2017 en el país.
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¿Qué es un sismo lento bajo el mar?
El Sismológico Nacional ha reportado la actividad sísmica de las costas de Guerrero como ‘anómalamente alta’, por los sismos lentos desde septiembre de 2017 a la actualidad, según Cruz Atienza.
Los expertos encuentran similitudes entre el terremoto con magnitud de 9 grados Richter en Japón en 2011, que provocó un gran tsunami y 15 mil fallecidos. Víctor Manuel asegura que ‘no quiere decir que pase lo mismo’, aunque existen coincidencias con los dos fenómenos terrestres.
Las costas de Guerrero tienen una elevada concentración de sismos por su ubicación geográfica, en los últimos cinco años se ha registrado liberación energética por el acomodo de las placas tectónicas continentales de Norte América y la de Cocos.
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La expedición
Tras recorrer más de 2 mil 500 millas marinas en 13 días, aproximadamente 4 mil 500 kilómetros, El Puma finalizó la misión que tenía como objetivo recuperar información de siete sismógrafos ubicados en el fondo marino de la Brecha de Guerrero para estudiar la actividad sísmica en la zona.
El equipo mexicano-japonés tuvo disponibles 6 millones de dólares en un periodo de 6 años en los que tuvieron una interrupción por la pandemia por Covid-19, sin embargo, el proyecto de investigación ha reanudado actividades y continuarán analizando los datos arrojados en la expedición.
Los sismómetros que se instalaron en puntos estratégicos en 2019, rescataron tres y colocaron ocho en nuevas ubicaciones para tener mayor información de la actividad sísmica en este punto en el que convergen dos de las placas tectónicas más importantes del continente.
Los sismógrafos recopilan los datos de la presión del fondo marino para observar la deformación de la tierra continental y que la información sobre los movimientos telúricos sea mayor.
Los resultados
Yosihiro Ito, científico jefe del grupo japonés del proyecto, se mostró también satisfecho por lo logrado en la expedición, lo más importante es que con los datos de presión desde 2017 hasta 2022, podremos saber dónde está la mayor zona de fricción en la que podría suceder el gran terremoto”, explicó.
“Nunca habíamos observado directamente en México los sismos lentos bajo el mar”, afirmó el doctor Víctor Manuel Cruz Atienza. “Estos deslizamientos silenciosos entre las placas, recogidos por la expedición científica, son los previos y posteriores al terremoto en Acapulco de septiembre de 2021″, agregó.