MADRID, 8 (EUROPA PRESS)
El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, ha condenado este viernes la muerte de dos israelíes en un atentado ejecutado el jueves en Tel Aviv y ha advertido del peligro de un mayor deterioro de la situación de seguridad ante las últimas tensiones.
Abbas ha reiterado que la muerte de palestinos e israelíes en ataques y operaciones por parte de las fuerzas de seguridad agravará la situación y ha apostado por buscar una mayor estabilidad, especialmente en el marco de la celebración del Ramadán, la Pascua y el Pésaj.
En este sentido, ha alertado contra la irrupción de colonos judíos en la Explanada de las Mezquitas, conocida como Monte del Templo por los judíos, y ha advertido contra explotar el ataque en Tel Aviv para ejecutar ataques contra la población palestina, según ha informado la agencia palestina de noticias WAFA.
El mandatario palestino ha hecho además hincapié en que este nuevo ciclo de violencia «confirma que una paz permanente, exhaustiva y justa es el camino más corto y directo para dar seguridad y estabilidad a los pueblos de Palestina, Israel y la región».
Las palabras de Abbas han llegado horas después de que el primer ministro de Israel, Naftali Bennett, afirmara que el país «ganará» la «larga y difícil guerra contra el terrorismo» y subrayara que las fuerzas de seguridad siguen «en máxima alerta» en el país ante la posibilidad de «nuevo incidentes o ataques» inspirados en la oleada de atentados de las últimas semanas.
Por su parte, el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) y Yihad Islámica han aplaudido el ataque, que han descrito como una «reacción» ante los crímenes de las autoridades israelíes y los colonos, si bien no han reclamado la autoría.
El ataque es el cuarto ejecutado en Israel en cerca de dos semanas. El primero tuvo lugar tras el 22 de marzo, cuando cuatro personas murieron en un atropello intencionado y posterior ataque con arma blanca en la ciudad de Bersheeba (sur).
Posteriormente, dos policías tras ser tiroteados el 27 de marzo en Hadera. Estado Islámico reclamó la autoría de estos ataques. El 29 de marzo murieron cinco personas en un tiroteo en la localidad de Bnei Brak, situada en los alrededores de Tel Aviv.
