NACIONES UNIDAS (AP) — La embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas acusó el jueves a Rusia de empeorar la precaria situación alimentaria en Yemen y otros lugares al invadir Ucrania, calificándolo de “otro ejemplo nefasto del efecto dominó que la guerra no provocada, injusta y desmedida de Rusia está teniendo sobre los más vulnerables del mundo”.
En una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Yemen, Linda Thomas-Greenfield dijo que el Programa Mundial de Alimentos identificó a la nación más pobre del mundo árabe como uno de los países más afectados por el aumento del precio del trigo y la falta de importaciones de Ucrania.
Pero el embajador adjunto de Rusia ante la ONU, Dmitry Polyansky, respondió diciendo que “el principal factor de inestabilidad y el origen del problema actual no es la operación militar especial rusa en Ucrania, sino las medidas de sanción impuestas a nuestro país que buscan cortar cualquier suministro de Rusia y la cadena de abastecimiento, aparte de los suministros que necesitan los países occidentales, es decir, la energía”.
“Si realmente quieren ayudar a evitar una crisis alimentaria en el mundo, deberían levantar las sanciones que ustedes mismos impusieron, sus sanciones preferidas por cierto, y los países pobres notarán la diferencia de inmediato”, dijo. “Y si no están dispuestos a hacerlo, entonces no hagan demagogia y no le mientan a todo el mundo”.
El intenso debate tuvo lugar un día después de que un grupo de trabajo de la ONU advirtiera que la guerra amenaza con devastar las economías de muchos países en desarrollo, que ahora deben cubrir costos alimentarios y energéticos aún más elevados y enfrentan condiciones financieras cada vez más difíciles.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, presentó su informe diciendo que “hasta 1.700 millones de personas —un tercio de las cuales ya viven en la pobreza— están ahora muy expuestas a las interrupciones de los sistemas alimentarios, energéticos y financieros, las cuales están provocando un aumento de la pobreza y el hambre”.
Treinta y seis países dependen de Rusia y Ucrania para más de la mitad de sus importaciones de trigo, entre los que se encuentran algunos de los países más pobres del mundo, dijo, y los precios del trigo y el maíz han subido un 30% desde principios de año.
Rebeca Grynspan, la secretaria general de la agencia de la ONU para la promoción del comercio y el desarrollo, y quien coordinó el grupo de trabajo, dijo que estos 1.700 millones de personas viven en 107 países que están “gravemente expuestos” a por lo menos una de las dimensiones de la crisis: sea el aumento de los precios de los alimentos, el incremento de los precios de la energía o el endurecimiento de las condiciones financieras.
El grupo de trabajo señaló que 69 de los países, con una población de 1.200 millones de personas, se enfrentan a una “tormenta perfecta” y están expuestos de forma severa o significativa a las tres crisis. Entre ellos se encuentran 25 países de África, 25 de Asia y el Pacífico, y 19 de América Latina y el Caribe.
La ONU anunció el jueves la liberación de 100 millones de dólares de su fondo de emergencia para siete focos de hambre, Yemen y seis países africanos: Somalia, Etiopía, Kenia, Sudán, Sudán del Sur y Nigeria.
“Cientos de miles de niños se van a dormir con hambre cada noche mientras sus padres están muy preocupados por cómo alimentarlos”, dijo en un comunicado el jefe de asuntos humanitarios de la ONU, Martin Griffiths.
“Una guerra al otro lado del mundo hace que sus perspectivas sean aún peores. Esta partida salvará vidas”.
Tras preguntarle al portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric, sobre los comentarios de Polyansky y sobre si a Guterres le preocupa que las sanciones estén haciendo subir los precios de los alimentos, el portavoz respondió: “Creo que sería lógico decir que no habría sanciones si no hubiera conflicto”.