Este jueves, después de 100 años, la icónica palmera en la Glorieta que conectaba con el Paseo de la Reforma, con Río Rhin y la Calle de Niza, en la Ciudad de México, murió debido a una plaga, aún desconocida.
Por ello, las autoridades para el saneamiento de árboles y palmeras de la Ciudad de México, comenzará con la poda de esta icónica palma, y posteriormente, el lunes iniciará una consulta ciudadana para decidir cuál será la especie que la suplirá.
A lo anterior, te presentamos la lista de los árboles más emblemáticos de la historia de México. Algunos sobresalen por haber sido sembrados por personajes históricos, otros por que su majestuosidad les ha dado un lugar único en la cultura de México y otros por haber atestiguado hechos históricos.
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El Árbol del Tule en Oaxaca
Es sin duda, uno de los árboles más bellos y espectaculares no solo de México sino del mundo. Su nombre significa “árbol de la iluminación”. Se estima que tiene 2 mil años de edad, posee una altura de 40 metros y su tronco tiene un ancho de casi 15 metros. Se encuentra ubicado en la plaza de Santa María del Tule, Oaxaca.
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El Árbol de la Noche Triste en la CDMX
Considerado como el árbol más famoso de México, debido a la leyenda azteca, que en una noche lluviosa, Hernán Cortés se sentó a llorar en una piedra al pie del ahuehuete de Popotla, por la trágica derrota de sus tropas, en la noche del 30 de junio de 1520.
Sin embargo, el árbol de la Noche Triste ha sufrido dos fuertes incendios, uno en 1972 y el otro en 1981, quedando una parte del tronco de este icónico ahuehuete, zona que ha sido rescatada por el gobierno de la CDMX, como plaza pública.
Actualmente, este ahuehuete está muerto. Mide 5.5 metros de altura y su edad estimada esta entre los 550 a los 600 años. Se encuentra ubicado en la calzada México-Tacuba, alcaldía Miguel Hidalgo, la referencia para llegar a él es la estación del metro Popotla o Cuitlahuac.
El Ahuehuete de Chalma
Este árbol sagrado, nombrado así por los miles de peregrinos que llegan al santuario del Señor de Chalma, está ubicado en el km 40 de la carretera Santiago Tianguistenco-Chalma, posee una altura de 37 metros con un diámetro del tronco de cuatro metros y una edad calculada en poco más de 200 años.
De las raíces de este árbol nace un manantial, y para muchos creyentes es tradición llegar a este ahuehuete a refrescarse, luego se colocan una corona de flores hasta llegar finalmente al santuario.
El Ahuehute de Chalma, es uno de los más emblemáticos en México al ser visitado por miles peregrinos y devotos cada año, pues Chalma es uno de los cinco santuarios más visitados en todo el país.
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La Ceiba Pentandra o Yax-ché, el árbol sagrado de los mayas
Para las comunidades mayas, la ceiba o yax-ché. es un árbol sagrado que sostiene el cielo con sus ramas y teje el inframundo con sus raíces.
Para los mayas, la ceiba era la responsable de sostener el universo y era llamada Yaxché; que en idioma maya significa “árbol verde”.
Es en el Popol Vuh donde encontramos la referencia más clara sobre la importancia de este árbol, ya que los dioses sembraron cuatro enormes ceibas en cada uno de los puntos cósmicos del universo: la ceiba blanca para el norte, la ceiba amarilla para el sur, la ceiba roja para el este y la ceiba negra para oeste.
Sabino Gordo, Nuevo León
Según los pobladores, este majestuoso árbol se le calcular 1000 años, aunque el consenso científico apunta a que tiene unos 500 años. Se encuentra en una zona donde surge un hermoso manantial que jamás se agota, por ello ahí también se ha construido el Centro Recreativo Sabino Gordo con albercas y áreas de esparcimiento.
Alcanza hasta los 18 metros de altura. Su diámetro mide 5.28 metros (el del Tule en Oaxaca, el más grueso del mundo, abarca 11.6 m)
Árbol de la Antigua, Veracruz
Con unos brazos de más de 20 metros de largo y unas poderosas raíces clavadas en lo más profundo de la tierra mexicana, el árbol de la Antigua en Veracruz, es considerado sagrado entre las culturas prehispánicas de Mesoamérica es el origen de uno de los grandes mitos sobre el conquistador español Hernán Cortés.
De acuerdo a la leyenda, cuenta que Cortés ató sus embarcaciones en los árboles de ceiba que se encuentran en La Antigua, sin embargo, esos árboles se usaban principalmente para el amarre de canoas y chalupas, entre otras cosas.
El bergatín, que era la embarcación más pequeña que llegó con Cortés, se quedaba un poco más retirado, mientras esperaba a ser cargado por las canoas y chalupas que salían del pequeño puerto constituído por las ceibas; una vez cargado el bergatín se iba a San Juan de Ulua.
