BUENOS AIRES (AP) — La Feria del Libro de Buenos Aires, uno de los eventos culturales más atractivos de Latinoamérica con un promedio de un millón de visitantes en cada edición, regresa tras dos años suspendida debido a la pandemia.
El escritor peruano Mario Vargas Llosa, recuperado tras una breve hospitalización por COVID, es el invitado estelar de una muestra desafiada a promover la compra de libros en un contexto de inflación que ha disparado sus precios.
La 46ª edición de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires (FIL) será formalmente inaugurada el jueves con el discurso del escritor local Guillermo Saccomanno y se extenderá hasta el 16 de mayo en el gigantesco predio de la Sociedad Rural.
Vargas Llosa, de 86 años, presentará su último libro, “La mirada quieta”, un ensayo dedicado al escritor español Benito Pérez Galdós que escribió durante los dos años que lleva la pandemia. Más allá de la literatura, el autor peruano también genera expectativa por sus reflexiones sobre política.
La presencia del Nobel de literatura en Buenos Aires se puso en duda luego que se contagió de COVID. La semana pasada estuvo hospitalizado, pero recibió el alta médica y confirmó su viaje.
Además del autor de “La fiesta del chivo”, también participarán los españoles Javier Cercas, Irene Solá, Jorge Carrión y Marta Sanz; el estadounidense John Katzenbach; las chilenas Diamela Eltit, Alejandra Costamagna y Paulina Flores; la francesa Caroline Fourest, la colombiana Carolina Sanín y la brasileña Camila do Valle, entre otros.
La Habana, con su música y la vanguardia de su literatura, es la ciudad invitada de honor.
Por primera vez funcionará un “firmódromo” al aire libre, donde los autores firmarán ejemplares de sus libros para evitar aglomeración de visitantes cuando todavía el COVID es un riesgo.
Pero la feria no se agota en la presencia de escritores. A diferencia de otros eventos similares enfocados en el negocio editorial, Buenos Aires también invita al debate político y cultural, homenajea a autores célebres ya fallecidos (Almudena Grandes, José Saramago y Gabriel García Márquez justo 40 años después de recibir su Nobel de literatura) y alberga el primer encuentro internacional de “bookfluencers”, que crean contenido en redes sociales sobre libros.
“Tanto (las ferias de) Guadalajara como Frankfurt están muy enfocadas en la venta de libros; son ferias de negocios, conseguir traductor para las obras. Buenos Aires es única por su duración y tiene tanto movimiento porque la programación es una locura. Todos los días desde muy temprano hay actividades, están todas las voces”, dijo a la AP el poeta Juan Fernando García, curador de un espacio en la feria llamado “Orgullo y prejuicio” que está dedicado a la temática de la diversidad sexual, feminismo y transfeminismo.
La reapertura de la FIL de Buenos Aires se da en un complejo momento para la industria editorial local. Tras un derrumbe histórico de la producción de libros por el confinamiento en 2020, enfrenta ahora el impacto de la inflación que ha disparado los costos, sobre todo del papel. El libro, a su vez, no es un bien de consumo prioritario para familias con bajo poder adquisitivo.
“Algunos libros aumentaron 450% desde 2019”, señaló Humberto Cipolletta, dueño de la librería Raíces que lleva 36 años comercializando en la feria libros de psicología social, filosofía y autores marxistas. “Es un momento de mucha incertidumbre, pero no puedo permitirme no exponer mis ideas en un espacio como este, quiero que la gente lea”.
Argentina es uno de los países con mayor inflación a nivel mundial. En 2021 fue de 50,9% y acumula 16,1% este año.
“El costo del papel se nos fue al diablo”, apuntó Daphne Pidemunt, propietaria de la editorial independiente La mariposa y la iguana, dedicada a la temática de la diversidad sexual y la poesía. “Yo con salir hecha y no ir a pérdida en la feria ya estoy contenta”.