El 1 de enero 2019, la empresa Eólica de Oaxaca, filial de la compañía transnacional Électricité de France (EDF), debió arrancar operaciones comerciales de su parque Gunaa Sicarú, como se estipula en el título de permiso E/1922/GEN/2017, pero no lo hizo, lo que permite y da el derecho a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) de terminar, sin perjuicio, el contrato firmado por 30 años.
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Juan Antonio López, coordinador de Justicia Transnacional del Proyecto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (ProDESC) subrayó que el proyecto Gunaa Sicarú no ha sido construido, excediendo los términos establecidos en el contrato firmado por la compañía francesa con la comisión.
Por ello, señalan los asesores jurídicos de la Asamblea de Comuneros de Unión Hidalgo, municipio del Istmo de Tehuantepec, en el que está proyectada la central eólica, la comisión tiene la posibilidad de “cancelar el contrato leonino que establece beneficios y derechos a la empresa extranjera en detrimento del patrimonio de CFE”.
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En una solicitud de cancelación del parque presentada hace una semana al director de la CFE, Manuel Bartlett, la comunidad de Unión Hidalgo destacó que los contratos con EDF firmados en 2017 son claramente ventajosos para la empresa francesa, ya que la comisión debe pagar a la trasnacional bonificaciones para cubrir los costos por compra y transmisión de la energía.
“Existe una bonificación para cubrir los costos de la tarifa de transmisión de energía eléctrica y de la tarifa de operación del centro nacional de control de energía asociados con la energía producida por este parque, hasta por la energía contratada.