En las última semanas en México y el mundo se dieron a conocer noticias sobre la aceleración de la inflación, la que en algunas naciones alcanzó niveles no vistos desde hace décadas; por ejemplo, en nuestro país al cierre de abril llegó a 7.68%, la más alta en 21 años.
Entre las dudas que se tienen sobre este fenómeno económico es a qué se denomina inflación: esto es el incremento de los precios a lo largo del tiempo; como consecuencia, no se puede comprar la misma cantidad de productos con el mismo monto de dinero que hace unos meses.
Es decir, si en este momento con 100 pesos de puede comprar un kilo de pollo, debido a la inflación, en los próximos días con la misma cantidad de dinero solo se podrían comprar 800 o 900 gramos.
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Pero para considerarse que hay inflación, el incremento de los precios debe ser generalizado y sostenido, así lo establece el Banco de México (Banxico).
Sin embargo, la inflación es más compleja porque depende de muchos factores económicos, algunos demasiado técnicos, entre ellos la tasa de interés, créditos, tipo de cambio, acciones que tienen una pérdida de valor si existe un incremento en la tasa de interés y el aumento de precios sobre las expectativas de la inflación futura.
Por lo que no se puede hablar de inflación cuando sube solo un producto o algunos, tampoco se puede afirmar cuando hubo una subida y después regresó a su precio habitual, es decir, tiene que haber subida en los alimentos, servicios, combustibles, vehículos y más.
¿Qué causa la inflación?
Otros de los factores que provoca la inflación son el aumento en los costos de producción, como sería el aumento en los combustibles para transportar los productos de un lugar a otro.
El aumento de salarios también puede contribuir, si los empresarios pagan más es probable que tengan que subir sus precios para cubrir esos costos laborales.
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Cuando la demanda de bienes supera la oferta, ya que puede ser que en el mercado no hay tantos productos para cubrir esa demanda, al haber menos productos los precios suben para los pocos productos que hay.
Si hay más dinero en circulación, la demanda aumenta más allá de lo que hay disponible en el mercado y por ello los precios suben.
¿Vale la pena ahorrar?
Además de lo anterior, otra duda es si conviene ahorrar en estos momentos, pues ante la pérdida del poder adquisitivo, aunque se tenga capacidad de ahorro no se podría comprar más en el futuro, los especialistas aconsejan que lo mejor es pagar las deudas que se tienen, no adquirir nuevos préstamos, así como eliminar los conocidos como “gastos hormiga”.
También se aconseja invertir el dinero que se tiene o administrarlo de manera adecuada para que no se esfume.
“Si se tienen ahorros monetarios las personas deben definir en qué instrumentos financieros invertirlos, analizando previamente cuándo se va a necesitar el dinero y el riesgo que estén dispuestos a tomar”, añade una nota de El Financiero.
