MADRID, 20 (EUROPA PRESS)
El Frente Popular para la Liberación de Tigray (TPLF) ha anunciado este viernes que pondrá en libertad a 4.200 prisioneros de guerra, entre ellos más de 400 mujeres, pertenecientes a los ejércitos de Etopía y Eritrea, así como a las fuerzas paramilitares de la vecina región de Amhara, que llevan combatiendo contra la organización desde noviembre de 2020.
La decisión es, según el grupo, fruto de conversaciones con el enviado especial de la Unión Africana para el Cuerno de África, el expresidente de Nigeria Olusegun Obasanjo y se trata de «una medida de carácter unilateral destinada a fomentar la confianza» con vistas a un acuerdo de paz en una región, el norte de Etiopía, que durante 2021 y lo que llevamos de año se ha convertido en uno de los puntos críticos del continente.
Así pues, «en cumplimiento de sus principios para la resolución pacífica de disputas», el TPLF, como «autoridad de Tigray» y «tal y como prometió» al expresidente nigeriano, ha decidido liberar a 4208 prisioneros de guerra, entre ellos 401 mujeres.
El TPLF asegura que las liberaciones se han decidido mediante un escrupuloso escrutinio. La inmensa mayoría de los liberados presentaban documentación en la que demostraban que se habían incorporado a filas en los últimos meses y que por lo tanto no habrían participado en algunas de las masacres cometidas durante principios del año pasado, cuando ocurrieron algunas de las atrocidades más sangrientas del conflicto.
Asimismo, el TPLF también ha decidido poner en libertad a prisioneros con discapacidad «por enfermedad o heridas sufridas en el campo de batalla» e, incluso y en lo que se refiere a las prisioneras, por motivos de embarazo antes de acusar al Gobierno etíope de efectuar un ejercicio de crueldad. «¡Están desplegando a embarazadas en el frente!», lamenta la organización en el comunicado, publicado en la cuenta de su oficina de Exteriores en Twitter.
El conflicto en Etiopía estalló en noviembre de 2020 tras un ataque del TPLF contra la principal base del Ejército, situada en Mekelle, tras lo que el primer ministro, Abiy Ahmed, ordenó una ofensiva contra el grupo tras meses de tensiones a nivel político y administrativo.
El TPLF acusa a Abiy de azuzar las tensiones desde su llegada al poder en abril de 2018, cuando se convirtió en el primer oromo en acceder al cargo. Hasta entonces, el TPLF había sido la fuerza dominante dentro de la coalición que gobernó Etiopía desde 1991, el Frente Democrático Revolucionario del Pueblo Etíope (EPRDF), sustentada en las etnias. El grupo se opuso a las reformas de Abiy, que consideró como un intento de socavar su influencia.
El TPLF espera que el Gobierno etíope actúe con la misma consideración no solo hacia sus prisioneros de guerra sino al resto de personas de etnia tigriña que, según denuncian organizaciones internacionales, están siendo detenidas en zonas bajo control del Ejército etíope y sus aliados simplemente por su pertenencia a este grupo
«Hacemos un llamamiento a la comunidad internacional para que presione al régimen etíope y consiga la liberación de los miles de tigriñas que todavía languidecen en la cárcel, en régimen de incomunicación, únicamente por su identidad», pide el grupo.
El TPLF, por último, pide a la comunidad internacional que despliegue «todas las herramientas a su disposición para lograr la liberación de presos políticos y presos de conciencia en manos de las autoridades etíopes. «Tal paso supondría un avance enorme hacia la creación de un entorno propicio para la resolución pacífica del problema multifacético al que se enfrenta Etiopía», ha concluido.