La ONU alerta de que el "estancamiento político prolongado" en Libia tiene un impacto negativo en la seguridad

MADRID, 27 (EUROPA PRESS)

La capital de Libia, Trípoli, fue escenario la semana pasada de intensos combates entre diversas milicias ante el intento del primer ministro paralelo, Fazi Bashaga, de entrar en la ciudad para hacerse con el control del Gobierno de unidad, encabezado por Abdul Hamid Dbeibé.

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Bashaga intentó entrar en Trípoli con el apoyo de la Brigada Nauasi, si bien su llegada desencadenó enfrentamientos con la Brigada 444, alineada con Dbeibé, que se detuvieron tras un acuerdo para que Bashaga, nombrado primer ministro en febrero por la Cámara de Representantes, con sede en el este del país, se retirara de la zona, de donde fue evacuado en un convoy de vehículos militares.

El país se encuentra dividido en dos administraciones después de que la Cámara de Representantes diera por finalizado el mandato de Dbeibé por el aplazamiento de las presidenciales de diciembre y nombrara a Bashaga, un conflicto que se ha extendido al sector energético del país, absolutamente imprescindible para sostener la economía de una nación arruinada tras años de guerra civil.

Ante esta situación, DiCarlo ha dicho que, si bien han cesado los combates, la situación "sigue siendo tensa". "Los grupos armados con base en Trípoli que apoyan a Dbeibah o a Bashagha permanecen en estado de alerta máxima", ha agregado.

Por otro lado, ha indicado que los Derechos Humanos en Libia siguen siendo motivo "de gran preocupación", ya que en la primera semana de mayo, las agencias de seguridad libias lanzaron una nueva ola de arrestos contra jóvenes por presuntos delitos contra "la cultura y los valores libios".


"Persisten las restricciones al trabajo de las organizaciones de la sociedad civil, incluidos los grupos de derechos de las mujeres, acusadas de violar 'los principios y valores de la sociedad libia', ha dicho, indicando que, desde la ONU, siguen pendientes de la detención de nueve activistas que "ejercieron pacíficamente su derecho a la libertad de expresión".

DiCarlo ha dedicado unas palabras a los desplazados internos y forzosos en el país, cuya situación "es precaria". "Para citar solo un caso, el 3 de mayo, 477 familias desplazadas de la ciudad de Tawergha. En total, más de 2.000 personas, fueron desalojadas por la fuerza de dos campamentos en Trípoli", ha ejemplificado.

Además, ha precisado que, hasta el 8 de mayo, 1.717 personas se encontraban detenidas en centros a cargo de la Dirección de Lucha contra la Migración Ilegal. "Unos 5.000 migrantes y refugiados más están detenidos arbitrariamente en condiciones inhumanas en centros de detención regulares y no oficiales", ha indicado.

"Es imperativo que se mantenga la cesación del fuego en Libia, que se mantenga la calma y que se evite cualquier medida que pueda dar lugar a una reanudación de la violencia. Debemos instar a todas las partes a que mantengan su compromiso con la resolución pacífica de las diferencias políticas a través del diálogo y las negociaciones", ha subrayado.

Finalmente, DiCarlo ha zanjado recalcando que "el progreso logrado durante la segunda ronda de conversaciones es encomiable". "Los miembros acordaron volver a reunirse en El Cairo a partir del 11 de junio bajo los auspicios de la ONU y organizado por el Gobierno de Egipto", ha dicho.

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