Moscú aseguró el sábado que las tropas rusas y las fuerzas separatistas aliadas capturaron la ciudad de Lyman, un crucial empalme ferroviario en el este de Ucrania, la segunda ciudad pequeña que cae en manos de las fuerzas del Kremlin esta semana en su campaña para capturar en su totalidad la disputada región de Donbás.
El vocero del Ministerio de Defensa ruso, Igor Konashenkov, dijo que Lyman fue “liberada completamente” por una fuerza conjunta de soldados rusos y separatistas respaldados por el Kremlin, que han librado una guerra en la región oriental fronteriza con Rusia desde hace ocho años.
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Mientras tanto, el Kremlin informó que el presidente Vladimir Putin tuvo una conversación telefónica el sábado con sus homónimos de Francia y Alemania en la que pidió que Occidente suspenda el suministro de armamento a Ucrania. También insistió en culpar a las sanciones occidentales por los problemas en los suministros globales de alimentos.
Durante la conversación de 80 minutos, el canciller alemán Olaf Scholz y el presidente francés Emmanuel Macron llamaron a un cese del fuego inmediato y una retirada de las tropas rusas, de acuerdo con el portavoz del canciller. Ambos llamaron a Putin a que entable negociaciones serias con el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky para poner fin a los combates, añadió.
Una transcripción del Kremlin de la conversación dijo que el presidente ruso reiteró “la disposición de la parte rusa a la reanudación del diálogo”. Los tres líderes acordaron mantenerse en contacto, de acuerdo con la transcripción.
No obstante, el reciente avance ruso en Donetsk y Luhansk, las dos provincias que forman Donbás, pudiera envalentonar a Putin. Luego de que no consiguió ocupar Kiev, la capital ucraniana, Rusia se ha lanzado a tomar las últimas partes de la región no controladas por los separatistas.
“Si Rusia consigue tomar esas áreas, el Kremlin lo vería muy probablemente como un logro político sustancial y se le mostraría al pueblo ruso como una justificación de la invasión”
— ministerio de Defensa británico
Las tropas rusas tomaron el martes Svitlodarsk, una municipalidad pequeña que tiene una termoeléctrica, al tiempo que intensificó los esfuerzos para rodear y capturar la ciudad de Sievierodonetsk.
El sábado proseguían los combates alrededor de Sievierodonetsk y la vecina Lysychansk, las últimas áreas grandes bajo control ucraniano en la provincia de Luhansk.
Zelensky dijo que la situación en el este es “difícil”, pero expresó confianza en que su país triunfará con ayuda de las armas y las sanciones occidentales.
“Si los ocupantes piensan que Lyman o Sievierodonetsk serán suyas, se equivocan. Donbás será ucraniano”
— Volodimir Zelensky, presidente de Ucrania
El gobierno de Luhansk había advertido que los soldados ucranianos pudieran tener que retirarse de Sievierodonetsk para evitar ser rodeados, pero reportó el sábado que habían repelido un ataque.
“Conseguimos rechazar a los rusos a sus posiciones previas”, declaró el gobernador Serhii Haidai. “Sin embargo, ellos no abandonan sus intentos de rodear a nuestros soldados y obstaculizar la logística en la región de Luhansk”.
Hablando en la televisión ucraniana, el gobernador dijo el sábado que los rusos habían tomado un hotel en las afueras de Sievierodonetsk. El avance de las tropas rusas creó temores de que los residentes sufrirán los mismos horrores que vivieron las personas en la sureña ciudad portuaria de Mariúpol en las semanas antes de su caída.
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El alcalde de Sievierodonetsk, leksander Striuk dijo el viernes que unos mil 500 civiles en la ciudad, de una población previa a la guerra de 100 mil, han muerto allí en el conflicto, incluso por falta de medicamentos o por enfermedades que no podían ser tratadas.
Apenas al sur de la ciudad, los voluntarios trabajaban para evacuar a personas en medio de sirenas aéreas y ataques artilleros. Reporteros de The Associated Press vieron a ancianos y civiles enfermos siendo trasladados en camillas de edificios de apartamentos el viernes en Bakhmut, una ciudad de la provincia nororiental de Donetsk.