JERUSALÉN (AP) — El primer ministro israelí, Naftali Bennett, defendió el lunes la decisión de haber permitido una marcha anual que celebra la toma de posesión de Jerusalén Oriental por parte de Israel y que estuvo marcada por la violencia y el racismo contra los palestinos.
Las autoridades llamaron a miles de policías para que resguardaran la zona, desalojaron por la fuerza a los palestinos y se arriesgaron a desatar otra guerra con el grupo extremista islámico Hamas para garantizar que decenas de miles de israelíes, en su mayoría de derecha, pudieran marchar por un denso barrio palestino y que cientos de ellos pudieran visitar un lugar sagrado intensamente disputado.
Israel cambió la ruta en el último minuto en 2021, en un momento de crecientes tensiones por la violencia en el lugar sagrado y los intentos de los colonos de expulsar a decenas de familias palestinas de sus hogares en el Jerusalén Oriental. Hamas siguió disparando cohetes y se produjo una guerra de 11 días en la Franja de Gaza.
Israel evitó que se repitiera eso este año y permitió que el desfile siguiera su recorrido tradicional por el corazón del barrio musulmán de la Ciudad Vieja, pero en la marcha los nacionalistas israelíes corearon eslóganes racistas, como “Muerte a los árabes” y atacaron a palestinos y periodistas. Se produjeron peleas a lo largo del recorrido, mientras la policía intervenía principalmente para proteger a los judíos y dispersar a los palestinos.
El servicio de rescate de la Media Luna Roja palestina dijo que 62 palestinos resultaron heridos, incluidos 23 que necesitaron hospitalización. La policía israelí dijo que había detenido a más de 60 sospechosos y que cinco agentes habían resultado heridos. La mayoría de los detenidos parecen ser palestinos, aunque la policía se negó a proporcionar un desglose.
Bennett elogió la gestión policial del evento y dijo que Israel se vio obligado a celebrar la marcha ante las amenazas de Hamas. “Si no la hubiéramos hecho por la ruta habitual, en efecto, no volveríamos a ella”, comentó. “Esto podría haber sido un retroceso en la soberanía”.
Bennett elogió a los manifestantes, diciendo que “salvo un grupo extremista, con el que nos enfrentaremos con todo el peso de la ley, los que celebraron ayer lo hicieron de una manera muy especial y reconfortante”.