MADRID, 7 (EUROPA PRESS)
Naciones Unidas ha alertado de que el número de personas que hacen frente a "niveles catastróficos" de inseguridad alimentaria en Somalia a causa de la sequía ha aumentado un 160 por ciento y ha alertado de que "el riesgo de hambruna es mayor que nunca", por lo que ha reclamado a la comunidad internacional aumentar la entrega de ayuda al país africano.
Un nuevo informe de la Red de Alerta Temprana sobre Hambruna y la Unidad de Analistas sobre Seguridad Alimentaria y Nutrición de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha indicado que 7,1 millones de somalíes, cerca de la mitad de la población, hacen frente a niveles de inseguridad alimentaria tras cuatro temporadas de lluvias fallidas y ante el drástico aumento de los precios.
Así, el documento recoge que 213.000 personas hacen frente a "hambre catastrófica y hambruna", una cifra superior a los 81.000 proyectados en abril, con más áreas en riesgo de hambruna, especialmente en el sur del país, donde la inseguridad y el conflicto dificultan aún más el acceso humanitario.
El representante de la FAO, Etiene Peterschmitt, ha lamentado que "el apoyo necesario no se ha materializado y cientos de miles de somalíes hacen frente al riesgo real de la hambruna y la muerte". "Es una tragedia ver el nivel de angustia que experimentan particularmente las comunidades rurales y nos vemos limitados en lo que podemos hacer para evitar este sufrimiento extraordinario", ha dicho.
Peterschmitt ha reclamado a la comunidad internacional que "actúe rápido mientras aún hay algo de esperanza para evitar el colapso de los sustentos", lo que generaría "un potencial desplazamiento masivo de población de zonas rurales a campamentos de desplazados y una hambruna generalizada en Somalia".
"Estamos presenciando una calamidad potencial. Un fracaso a la hora de actuar ahora será trágico para muchas familias en Somalia", ha destacado el coordinador humanitario de la ONU en Somalia, Adam Abdelmoula. "Somalia está en peligro de entrar en una quinta temporada de lluvias fallida, algo que no tiene precedentes, lo que supone que cientos de miles de personas hacen frente al riesgo de hambruna", ha alertado.
"La hambruna costó la vida a 260.000 somalíes entre 2010 y 2011. No puede permitirse que esto vuelva a pasar en 2022. Es urgente que se haga más par evitar este riesgo, y que se haga ahora", ha subrayado. La ONU y sus socios están centrando sus recursos en la prevención de la hambruna para proteger a los más vulnerables.
Sin embargo, las familias somalíes hacen frente cada vez a más problemas por el aumento de los precios, en parte a causa del impacto de la guerra en Ucrania sobre la cadena de suministros, que ha provocado que en algunas zonas los precios hayan aumentado entre un 140 y un 160 por ciento, así como la muerte de cerca de tres millones de cabezas de ganado desde mediados de 2021 a causa de la sequía.
"Debemos actuar inmediatamente para evitar una catástrofe humanitaria. La vida de los más vulnerables están ya en riesgo por la desnutrición y el hambre y no podemos esperar a una declaración de hambruna para actuar", ha destacado el director del Programa Mundial de Alimentos (PMA) en Somalia, El Khidir Daloum.
"Es una carrera contra el reloj para evitar la hambruna y el PMA está incrementando sus actividades en la medida de lo posible, priorizando nuestros limitados recursos para salvar a los que están en mayor riesgos, pero estas cifras muestran que existe una necesidad urgente de más recursos para hacer frente al ahondamiento de esta crisis de hambre", ha argüido.
Las cifras recopiladas hasta mayo apuntan a que 1,5 millones de niños menores de cinco años sufrirán desnutrición aguda a finales de año, incluidos 386.400 que probablemente estarán gravemente desnutridos, un aumento de 55.000 niños respecto a las estimaciones previas.
Por ello, la representante del Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF), Angela Kearney, que ha indicado que "es una crisis de los niños". "No se trata sólo de agua o nutrición, sino de niños que pierden su educación, que quedan en situación vulnerable ante problemas de protección infantil y mala salud, lo que impacta en su futuro", ha explicado. "Estamos tratando a los niños, pero necesitamos más financiación para evitar una hambruna y proteger el futuro de todos los niños somalíes", ha zanjado.
El nuevo presidente de Somalia, Hasán Sheij Mohamud, nombró a finales de mayo a Abdirahman Abishakur como nuevo enviado especial frente la sequía, la peor en los últimos 40 años, que ha provocado un ahondamiento de la grave crisis humanitaria que atraviesa el país africano.
El primer ministro, Mohamed Husein Roble, decretó el estado de emergencia a finales de 2021 y en abril reclamó ayuda internacional ante el empeoramiento de la sequía. Así, destacó que alrededor de siete millones de personas se han visto afectadas por la crisis y lamentó que "tres temporadas consecutivas de lluvias han sido un fracaso, lo que ha causado la destrucción de campos y ganado".