Ciencia.-Se aclara la evolución entrelazada entre osos pardos y polares

MADRID, 6 (EUROPA PRESS)

Convertirse en especies separadas no impidió por completo que estos animales se aparearan entre sí. Los científicos lo saben desde hace tiempo, pero la nueva investigación se basa en un conjunto de datos más amplio -que incluye el ADN de un antiguo diente de oso polar- para obtener más detalles.

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La historia que surge revela complejidades similares a las que complican la historia evolutiva humana. "La formación y el mantenimiento de las especies puede ser un proceso complicado --explica la doctora Charlotte Lindqvist, profesora asociada de ciencias biológicas en la Facultad de Artes y Ciencias de la Universidad de Buffalo (Estados Unidos)y experta en genética de osos--. Lo que ha ocurrido con los osos polares y los osos pardos es una clara analogía con lo que estamos aprendiendo sobre la evolución humana: que la división de las especies puede ser incompleta".

Según explica en un comunicado, "a medida que se recuperan más y más genomas antiguos de las poblaciones humanas, incluidos los neandertales y los denisovanos, vemos que hubo una mezcla genética multidireccional cuando diferentes grupos de humanos arcaicos se aparearon con los ancestros de los humanos modernos. Los osos polares y los osos pardos son otro sistema en el que se ve que esto ocurre", subraya.

"Encontramos pruebas de mestizaje entre osos polares y osos pardos anteriores a un antiguo oso polar que estudiamos --prosigue--. Y, además, nuestros resultados demuestran una historia evolutiva complicada y entrelazada entre los osos pardos y los polares, con la dirección principal del flujo de genes hacia los osos polares desde los osos pardos. Esto invierte una hipótesis sugerida por otros investigadores, según la cual el flujo genético ha sido unidireccional y ha ido a parar a los osos pardos en torno al pico de la última edad de hielo", señala.

El concepto de que los osos polares adaptados al Ártico capturan material genético de los osos pardos, adaptados a la vida en latitudes más bajas, es uno de los varios hallazgos de posible interés para los científicos preocupados por los impactos del cambio climático en las especies amenazadas.


A medida que el mundo se calienta y el hielo marino del Ártico disminuye, los osos polares y los osos pardos pueden encontrarse con más frecuencia en lugares donde sus áreas de distribución se superponen. Esto hace que su historia evolutiva compartida sea un tema de estudio especialmente intrigante, afirma Lindqvist.

Como explica Lindqvist, los científicos pensaron en su día que los humanos modernos y los neandertales simplemente se dividieron en especies distintas tras evolucionar a partir de un ancestro común. Luego, los investigadores encontraron ADN neandertal en los pueblos modernos de Eurasia, lo que implicaba que las poblaciones humanas modernas recibieron una afluencia de genes de los neandertales en algún momento de su historia evolutiva compartida, dice.

Sólo más tarde los científicos se dieron cuenta de que este mestizaje genético también complementó a las poblaciones neandertales con genes humanos modernos, añade Lindqvist. "En otras palabras, el mestizaje puede ser complejo y no necesariamente un camino de ida", dice.

El nuevo estudio sobre los osos, en el que han participado investigadores de Estados Unidos, México y Finlandia, revela una historia muy similar: El análisis encuentra pruebas de hibridación en los genomas de los osos polares y pardos, y los osos polares en particular llevan una fuerte firma de una afluencia de ADN de los osos pardos, dicen los investigadores. Estudios anteriores proponían sólo el patrón inverso, dice Lindqvist.

"Es emocionante cómo el ADN puede ayudar a revelar la historia de la vida antigua. La dirección del flujo genético es más difícil de determinar que su mera presencia, pero estos patrones son vitales para entender cómo las adaptaciones del pasado se han transferido entre las especies para dar a los animales modernos sus características actuales", dice el doctor Kalle Leppälä, investigador postdoctoral en la unidad de investigación de ciencias matemáticas de la Universidad de Oulu (Finlandia).

"La genómica de poblaciones es una caja de herramientas cada vez más poderosa para estudiar la evolución de las plantas y los animales y los efectos de la actividad humana y el cambio climático en las especies amenazadas --explica Luis Herrera-Estrella, del Laboratorio Nacional de Genómica para la Biodiversidad (LANGEBIO)--. Los osos no proporcionan historias simples de especiación, como tampoco lo ha hecho la evolución humana. Esta nueva investigación genómica sugiere que los grupos de especies de mamíferos pueden esconder historias evolutivas complicadas".


El estudio analizó los genomas de 64 osos polares y pardos modernos, incluidos varios genomas nuevos de Alaska, estado donde se encuentran ambas especies.

El equipo también elaboró un nuevo genoma más completo de un oso polar que vivió hace entre 115.000 y 130.000 años en el archipiélago noruego de Svalbard. El ADN del antiguo oso polar se extrajo de un diente unido a una mandíbula subfósil, que ahora se encuentra en el Museo de Historia Natural de la Universidad de Oslo.

Con este conjunto de datos, los investigadores estiman que los osos polares y los pardos empezaron a convertirse en especies distintas hace entre 1,3 y 1,6 millones de años, lo que actualiza las evaluaciones anteriores realizadas por algunos de los mismos científicos. La edad de la separación ha sido y sigue siendo un tema de debate científico, ya que el mestizaje pasado y las escasas pruebas fósiles de los antiguos osos polares son algunos de los factores que dificultan la determinación del momento, afirma Lindqvist.

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En cualquier caso, señalan que después de convertirse en su propia especie, los osos polares sufrieron un drástico declive poblacional y un prolongado cuello de botella genético, dejando a estos osos con mucha menos diversidad genética que los osos pardos, concluye el nuevo estudio. Los resultados confirman investigaciones anteriores que apuntaban a las mismas tendencias y añaden pruebas en apoyo de esta hipótesis.

Junto con el análisis del flujo genético, estos hallazgos aportan nuevos conocimientos sobre la desordenada y entrelazada historia evolutiva de los osos polares y los osos pardos.

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