MADRID, 9 (EUROPA PRESS)
El mecanismo trilateral internacional que media en la crisis política en Sudán tras el golpe de Estado de octubre de 2021 ha dicho que el diálogo que arrancó el miércoles "no será significativo" si no participan en él los grupos políticos y civiles que han abogado por boicotearlo.
"Estas fuerzas son actores relevantes en el proceso político para una transición democrática en Sudán. Este proceso no será significativo sin su participación. Seguiremos interactuando con ellos para garantizar su participación", ha señalado el mecanismo.
Entre los ausentes figuran las Fuerzas para la Libertad y el Cambio (FFC), el Partido de la Umma, el Partido Comunista de Sudán, el Grupo de Derechos de las Mujeres, las Asociaciones Profesionales de Sudán y los Comités de Resistencia, claves en la revuelta popular de 2019 contra el entonces presidente, Omar Hasán al Bashir.
Así, ha indicado que durante la jornada del miércoles hubo una "reunión técnica" par discutir los preparativos, incluidos los procedimientos y la posible agenda, incluida la posible creación de un "organismo nacional de figuras sudanesas respetadas" para supervisar las conversaciones.
El mecanismo --integrado por la Misión Integrada de Asistencia para la Transición de Naciones Unidas en Sudán (UNITAMS), la Unión Africana (UA) y la Autoridad Intergubernamental sobre el Desarrollo (IGAD)-- ha reseñado que "se deben alcanzar soluciones urgentemente" ante el "deterioro de la situación socioeconómica desde el golpe del 23 de octubre", al tiempo que ha agregado que "el principal pilar de las conversaciones es asegurar que hay una propiedad sudanesa de las soluciones y del camino hacia adelante en su propio país".
El jefe del Ejército y presidente del Consejo Soberano de Transición de Sudán, Abdelfatá al Burhan, describió el martes como "una oportunidad histórica" el proceso de diálogo y pidió a los participantes que "tomen la iniciativa" para "no bloquear" los posibles avances.
Así, mostró su disposición a trabajar "con todos los componentes del pueblo sudanés" para "lograr materializar sus sueños y aspiraciones y construir un Estado democrático, de libertad, paz y justicia", al tiempo que destacó que su objetivo es que la etapa de transición "termine lo antes posible" con la celebración de unas "elecciones libres y transparentes" en las que "el pueblo sudanés elija quién les gobierna".
El golpe de Estado derivó en la destitución del primer ministro civil, Abdalá Hamdok, si bien las presiones internacionales derivaron un acuerdo para restituirle en el cargo en noviembre, lo que provocó que perdiera apoyo entre las fuerzas opositoras y revolucionarias. Sin embargo, Hamdok presentó su dimisión en enero en protesta contra la represión de las movilizaciones y después de que las autoridades militares expulsaran del Ejecutivo a diversas agrupaciones civiles argumentando que actuaban contra los intereses del Estado.
Las autoridades de transición fueron instauradas tras un acuerdo entre la junta militar anterior, surgida tras el golpe de Estado de 2019 contra Al Bashir, y diversas organizaciones civiles y formaciones políticas opositoras. Este Gobierno había iniciado una batería de reformas sociales y económicas y ha alcanzado un acuerdo de paz con importantes grupos rebeldes de Darfur y otras zonas del país.