LA HABANA (AP) — El presidente Miguel Díaz-Canel reconoció el jueves la insatisfacción de la población de Cuba por los prolongados apagones de esta temporada y explicó lo que se está haciendo de cara al verano, caracterizado por intensos calores y picos de consumo eléctrico.
La falta de corriente con cortes de larga duración fue el catalizador que provocó las movilizaciones del 11 y 12 de julio del año pasado, unas inusuales protestas sin liderazgo claro que terminaron por incluir demandas populares contra el desabasto de medicinas y combustibles y hasta exigencias de cambios políticos. Una persona falleció y algunas manifestaciones terminaron en vandalismo.
“Hay un estado de malestar lógico en nuestra población”, admitió el mandatario en una comparecencia especial de una hora en la televisión nacional en el horario estelar nocturno, en la cual estuvo acompañado por el ministro de Energía y Minas, Liván Arronte, y un comandante histórico, Ramiro Valdés.
Díaz-Canel insistió en que las causas fundamentales de los cortes de energía estaban en las descomposturas, los problemas por falta de mantenimiento debido a que el país no cuenta con el financiamiento requerido, y las dificultades para comprar combustible, todo ello asociado a las sanciones impuestas por Estados Unidos y endurecidas para lograr un cambio de modelo político en la isla.
Cuba cuenta con 13 centrales termoeléctricas, de las cuales ocho tienen más de 30 años de servicio y cinco son modernas platas flotantes alquiladas a Turquía desde 2019 para evitar que la situación se agrave aún más.
La mitad de la generación eléctrica depende de las grandes termoeléctricas en tierra —que operan con el combustible pesado y de escasa calidad que se extrae en la isla—, a las que se suman pequeños productores alimentados con combustóleo importado, y sólo el 6% se consigue mediante energías renovables.
Según la estatal Unión Eléctrica, en un año se reportaron unas 300 fallas y averías en las grandes centrales, situación que genera tensiones en medio del duro verano tropical con temperaturas abrasadoras y jornadas de intensa luz solar que golpea a la población.
En varias ocasiones los expertos han insistido que no se trata de un problema de capacidad instalada, pues esta es de unos 6.500 megavatios y la demanda máxima registrada está sobre los 3.500 megavatios, pero las fallas, las descomposturas inesperadas de los bloques generadores y las carencias de financiamiento ponen al sistema en crisis.
Díaz-Canel, ingeniero de formación, se paró frente a pantallas y gráficas para mostrar a la población las dificultades, y aseguró que los problemas se irán solucionando paulatinamente. Los directivos de las centrales y otros especialistas también rindieron cuentas.
De todas maneras, el mandatario aseguró que, junto con la “difícil situación”, hay un interés de grupos opositores de sacar provecho del malestar.
“El país se enfrenta también a una guerra comunicacional que busca desalentar, irritar más al pueblo y ponerlo contra la Revolución”, expresó el gobernante, para quien la isla se encuentra “acosada por una jauría que apuesta al estallido".