Para las organizaciones del crimen organizado ha sido muy redituable utilizar motocicletas para la distribución de droga, pero también para aniquilar a sus enemigos. En algunos sitios esos asesinos a sueldo son llamados: motosicarios.
La mayoría de estas motocicletas utilizadas son robadas y un vehículo que les da a los criminales mayor facilidad para huir y escabullirse de las autoridades.
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En Michoacán, ocho de cada 10 asesinatos que se cometen en los municipios con mayor índice delictivo, son cometidos por sujetos a bordo de motocicletas.
El caso de Juan de Dios, asesino a sueldo
En Ario de Rayón, del municipio de Uruapan, nació Juan de Dios, un joven de apenas 20 años de edad que desde 2018 inició su carrera delictiva.
Primero era conductor de una motocicleta que robó junto con otros amigos y, después, ascendió a asesino a sueldo, cuenta un familiar que lo vio morir a tiros.
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Alfonso platica que toda su familia tuvo que huir y refugiarse en otro municipio, con miras a buscar, en poco tiempo, asilo humanitario en Estados Unidos.
”Y no nos quedó de otra, porque el muchacho dejó muchas cuentas pendientes en el rancho y mató a varias personas que ahora los otros grupos nos quieren cobrar”.
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Alfonso señala que a pesar de que intentaron ayudar a Juan de Dios y hasta lo anexaron en un par de ocasiones por su drogadicción, no quiso abandonar esa “mala” vida.
Refiere que el joven, desde adolescente, quería ser el matón del pueblo, el que trajera las mejores camionetas, dinero y voz de mando, “para hacer lo que quiera”.
Revela que su sobrino les contaba que el crimen le pagaba de mil 500 a 2 mil pesos a la semana, además que le daban un arma y droga sintética para su consumo.
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”Le decíamos que algún día nos iban a matar o a él, por todas las cosas que hacía y nomás nos contestaba: ‘me la pelan. Todavía no nace el valiente que se atreva’.
“Pero mire, el gusto no le duró muchos años y fue asesinado peor que a un animal. Se lo llevaron, lo torturaron y le dieron el tiro de gracia. Es lo que sabemos”, enfatiza Alfonso.
La motocicleta, una herramienta muy necesaria para los delincuentes
José Ortega Silva, subsecretario de Operación Policial de la Secretaría de Seguridad Pública de Michoacán, explicó que, en las regiones con mayor violencia, en ocho de cada 10 delitos, los criminales utilizan motocicletas para movilizarse y huir con facilidad.
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“La motocicleta es una herramienta muy necesaria para los delincuentes, porque en esa pelea por el territorio y venta de la droga, las utilizan para generar hechos violentos; para acciones del sicariato”, reiteró Ortega Silva.
Sicariato en motocicleta, un modelo de los cárteles colombianos
David Saucedo Torres, especialista y consultor en seguridad nacional, explicó que el sicariato practicado en motocicleta fue una “invención” de los cárteles colombianos, que se engancharon en una guerra con el gobierno de ese país a finales de los años 80s y principios de la década de los 90s.
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Recordó que el Cártel de Medellín reclutaba a jóvenes (muchos de ellos menores de edad) de barrios de bajos recursos de la ciudad para que ejecutaran asesinatos, ajustes de cuentas, labores de halconeo o venta de drogas al menudeo a bordo de motocicletas.
”Los narcos contrataban parejas de jóvenes a los que solo proveían de armas y de un salario para que realizaran dichas actividades. Quienes deseaban sumarse a los ejércitos en moto del Cártel de Medellín debían adquirir su propia motocicleta y darle mantenimiento”.
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Saucedo Torres destacó que, desde entonces, la motocicleta demostró ser sumamente versátil para la realización de actividades delictivas.
Expuso que se trata de un vehículo de bajo costo, si se le compara con el precio que pueden tener autos de cuatro ruedas.
El especialista advirtió que las autoridades de varios estados y municipios no tienen el número suficiente de elementos de tránsito para realizar labores de supervisión y regulación de los conductores de motocicletas y ello potencia el mal uso.
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Tampoco, agregó, cuentan con leyes o reglamentos actualizados que regulen la conducción en moto.
El consultor en seguridad argumentó que, por otro lado, por la traza urbana de muchos barrios y colonias, una motocicleta es el vehículo ideal para desplazarse a gran velocidad en calles estrechas y poder evadir los operativos de las autoridades.
Consideró que, luego de la confiscación de una motocicleta por parte de las autoridades, los delincuentes adquieren otra con rapidez, pues las empresas concesionarias de motos exigen muy pocos requisitos para la venta de las mismas.
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David Saucedo mencionó que, con la expansión del mercado de narcomenudeo en México, en casi todas las zonas metropolitanas surgieron los así llamados MOTORATONES, delincuentes que realizan robos a transeúntes en la vía pública.
Indicó que muchos de los asaltantes son adictos a alguna droga y se dedican al robo para la compra de droga.
”Con el tiempo los Cárteles mexicanos imitaron a sus contrapartes colombianas y empezaron a conformar ejércitos de sicarios en moto. Nuevamente, algunos de ellos son menores de edad, que no es posible encarcelar (aunque cometan asesinatos) debido a las restricciones legales que tiene la ley para ello”.
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El especialista señaló, enfático, que en cierto sentido la disputa entre cárteles en México que se libra en varias ciudades es una guerra que se realiza arriba de motocicletas.
Ello, remató, “para enfrentar esta situación se requiere mejorar los esquemas de videovigilancia urbana, implantar chips rastreadores en motos, solicitar cartas de antecedentes para quienes adquieran una motocicleta, instaurar la cancelación permanente de licencia de conducir para quienes hayan delinquido a bordo de una moto (y cometido delitos graves), endurecer las penas para el robo de motos, etcétera”.
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