España insta a la OTAN a vigilar su flanco sur

BARCELONA (AP) — Aunque está claro que la invasión rusa de Ucrania dominará la próxima cumbre de la OTAN en Madrid, España y otros estados miembros instan con discreción a la alianza a occidental a analizar cómo mercenarios aliados con el presidente de Rusia, Vladimir Putin, expanden la influencia de Moscú en África.

Como anfitriones de la cumbre celebrada de martes a jueves, España quiere hacer hincapié en su proximidad con África mientras presiona para que se preste más atención al flanco sureño europeo en un nuevo documento que detalla la visión de la OTAN de sus desafíos y tareas de seguridad.

El Concepto Estratégico es el documento de trabajo más importante de la OTAN después del Tratado del Atlántico Norte de 1949, que contenía la cláusula clave que sostenía que un ataque a un miembro se considera como un ataque a todos. El análisis de seguridad se revisa aproximadamente cada década para reajustar la agenda de seguridad de Occidente.

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La versión actual, aprobada en Lisboa en 2010, estimaba que el riesgo de una guerra convencional en territorio de la OTAN era “bajo”. No mencionaba de forma explícita las preocupaciones sobre inestabilidad en África. En ese momento, la alianza veía la apatía como su principal amenaza militar: las quejas estadounidenses sobre que algunos miembros europeos no pagaban su parte suponían buena parte de las conversaciones en las cumbres.

Doce años más tarde, la vista desde la sede de la OTAN en Bruselas es muy diferente. Después de que Rusia acercara la guerra a la frontera este de la OTAN, la alianza ha trabajado para proporcionar a Ucrania una serie de armas más potentes y evitar el riesgo muy real de verse arrastrada a los combates.

Pero antes de la cumbre en Madrid, parece haber un consenso entre los miembros sobre que si bien Rusia sigue siendo su principal preocupación, la alianza debe seguir ampliando su visión global. La posición de España se que se preste más atención al “sur” es compartida por Gran Bretaña, Francia e Italia.

En su opinión, los desafíos de seguridad en África derivan de un Putin aparentemente decidido a restaurar la gloria imperial de Rusia, así como de una China en expansión. Rusia ha ganado inercia gracias a la presencia de sus mercenarios en la región del Sahel, una extensión semiárida que va desde Senegal a Sudán, afectada por inestabilidad política, terrorismo y sequías.


“Cada vez que me reúno en redes ministeriales en la OTAN, el apoyo de los aliados es total en ello. Por la inestabilidad que nos llega desde el sur a las fronteras de la Alianza y especialmente las que generan las distintas crisis que tienen en estos momentos por escenario el Sahel”, dijo el ministro de Exteriores, José Albares.

El Kremlin niega tener lazos con el Grupo Wagner, un grupo de mercenarios con una creciente presencia en África central y del norte y Oriente Medio. La compañía militar privada, que también ha participado en la guerra en Ucrania, ha consolidado su presencia en Libia, Mali, Sudán y República Centroafricana

En Mali, los soldados de Wagner llenan el vacío dejado por la salida de la expotencia colonial, Francia. En Sudán, la oferta rusa de una alianza económica le valió la promesa de una base naval en el Mar Rojo. En República Centroafricana, los combatientes de Wagner protegen las minas de oro y diamantes del país. A cambio, Putin obtiene aliados diplomáticos y recursos.

Hace tiempo que el presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha pedido una “implicación mayor” de la OTAN en la región del Sahel. Ahora que Wagner ha entrado en Mali, las autoridades francesas subrayaron que los mercenarios de Wagner han sido acusados de abusos de derechos humanos en República Centroafricana, Libia y Siria.

El exsecretario general de la OTAN Javier Solana señaló que la brutal campaña militar rusa en apoyo del presidente de Siria, Bashar al-Assad, en la prolongada guerra civil del país envalentonó a Moscú.

“Siria dio (a los rusos) la sensación de que pueden ser más activos en esa parte del mundo”, dijo Solana a The Associated Press. “Tienen relaciones muy buenas con Argelia y tienen (...) a gente del estilo de Wagner en el Sahel, lo que es delicado”.


Ante el riesgo de creciente inestabilidad en el Sahel, Marruecos y Argelia, “la parte sur de la OTAN, Portugal, España, Grecia, etcétera, querrían tener los ojos abiertos a esa parte del mundo”, dijo.

Italia es otro miembro de la OTAN atento al clima político al otro lado del Mar Mediterráneo. El país acoge una base del Comando Conjunto de la OTAN en Nápoles, que en 2017 abrió un departamento centrado en terrorismo, radicalización, migración y otras cuestiones de seguridad originadas en el norte de África y Oriente Medio.

El embajador italiano ante la OTAN, Francesco Maria Talo, dijo en una entrevista en mayo con la agencia de noticias italiana ANSA que las crisis humanitarias en África deben preocupar a todos los aliados de la OTAN.

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“Cerca de nosotros está África, con mil millones de habitantes en riesgo de pobreza, agravado por inseguridad alimentaria, terrorismo y cambio climático, todos factores que se combinan para crear inseguridad”, dijo Talo. “Y Rusia está presente allí también”.

La importancia del otro lado del Mediterráneo se hizo patente para España el año pasado debido a una serie de crisis diplomáticas con Marruecos y Argelia y su rivalidad por el destino del Sáhara Occidental, una antigua colonia española.

En medio de los conflictos, una reducción de la seguridad de fronteras permitió a los migrantes entrar en territorio español y hubo una percepción de amenaza a los suministros de energía. Los analistas consideran que ambas cosas son tácticas de “guerra híbrida” cuando los gobiernos los utilizan contra otros países.

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En declaraciones en Madrid el mes pasado, el ministro británico de Defensa, Ben Wallace, señaló a los problemas causados el año pasado cuando Bielorrusia, un país aliado de Putin, supuestamente instó a migrantes a cruzar sus fronteras hacia Polonia y otros países vecinos.

“Si grupos como Wagner consiguen el control que tienen o querrían tener en lugares como Libia, o en efecto lo que vemos que ya hacen en Mali, no crean que eso no afectará a España", dijo Wallace.

La OTAN también espera incluir en el nuevo documento estratégico una referencia a la creciente influencia militar china tanto dentro como fuera del Pacífico. El secretario general de la alianza, Jens Stoltenberg, dijo el mes pasado en Madrid que “China se ha unido a Rusia al disputar abiertamente el derecho de cada país a elegir su propio camino”.

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El general estadounidense Stephen J. Townsend, comandante del Comando estadounidense en África, advirtió en mayo que China intentaba construir una base militar naval en la costa atlántica africana. China, señaló, “tiene más inercia” hacia establecer la base en Guinea Ecuatorial, una dictadura rica en petróleo que fue la única colonia española en el África subsahariana.

China sólo gestiona una base militar reconocida en el extranjero, situada en Yibuti, en el este de África. Pero muchos creen que su Ejército de Liberación Popular está estableciendo una red militar en el extranjero, aunque no emplee el término “base”.

La OTAN ha invitado a los líderes de Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda a la cumbre para mostrar su interés en la región de Asia-Pacífico.

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El ministro de Exteriores de Mauritania, una excolonia francesa en el África occidental, también está invitado a una cena de trabajo con otros cancilleres en la cumbre de la OTAN. La OTAN señaló que el país, que hace frontera con el Sáhara occidental, Argelia, Mali y Senegal, está “estrechamente asociado con las tareas preparatorias” para su nueva estrategia.

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Los periodistas de AP Ciarán Giles en Madrid, Sylvie Corbet en París, y Nicole Winfield en Roma contribuyeron a este despacho.

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