El síndrome del trabajador quemado o “burnout” en los centros de trabajo del país se acrecentado tras la pandemia y la insatisfacción de los empleados es uno de los problemas al que ahora se deben enfrentar en las oficinas, aunque el trato de los jefes siempre ha representado una problemática con la que hay que saber lidiar.
Te puede interesar: 71% de los empleados, dispuesto a renunciar a la primera oportunidad
Los climas laborales tienen diferencias, pero en los ambientes que han bautizado como “tóxicos” existen frases intimidatorias, las cuales pueden poner en la cuerda floja la continuidad de los trabajadores si no acatan los mandatos de sus superiores, aunque puedan tratarse de ideas incorrectas.
Así, existen diversos dichos que se expresan a diario en las oficinas de trabajo del país o, incluso, que se han traslado a sus hogares tras la irrupción del teletrabajo, la utilización de las aplicaciones de mensajería instantánea y las redes sociales.
“Agradece que tienes trabajo”
La precarización de los empleos en el país ha provocado que los jefes piensen que tienen el derecho a condicionar derechos de los empleados o prolongar sus rutinas más allá de las ocho horas estipuladas por la Ley Federal del Trabajo (LFT).
“Tenemos horario de entrada, pero no de salida”
La existencia de horarios de trabajo se ha diluido en las empresas, por lo que las personas que mandan en las oficinas del país recriminan a los empleados si cumplen con su hora de salida y los obligan a permanecer hasta desahogar todos los pendientes.
“Ponte la camiseta”
La obligación de exceder las responsabilidades por “quedar bien” con los patrones es otro de los problemas que enfrentan los empleados actualmente. Además, esta frase aplica por el denominado “síndrome del impostor”, pues la persona, al pensar que no satisface sus deberes correctamente, realiza más actividades.
Puedes revisar: Sears celebra su 75 aniversario en grande
“No muerdas la mano que te da de comer”
Los trabajadores pueden ser silenciados a través de esta frase, con el objetivo de desincentivar la exigencia de los derechos laborales, como vacaciones, reparto de utilidades, bonos de productividad, entre otras.
“El home office es para flojos”
La pandemia provocó un cambio en el modelo laboral en México y todo el mundo; sin embargo, existen jefes reacios a permitir que sus empleados trabajen desde su casa, aunque esto signifique un beneficio en sus vidas por el ahorro de tiempo en horas de traslado o mayor convivencia con sus seres queridos.
“El trabajo es tu familia”
La comparación entre el trabajo y la familia la utilizan algunos líderes de empresas para chantajear a su planta laboral, en busca de que los empleados “entreguen todo” a su actividad remunerada.
