WASHINGTON (AP) — En noviembre de 1979, poco más de una semana después que estudiantes extremistas ocuparon la embajada de Estados Unidos en Teherán y tomaron 53 rehenes, el presidente Jimmy Carter emitió la Orden Ejecutiva 12170 declarando una emergencia nacional contra Irán.
Esa orden sigue vigente hoy, renovada más recientemente en las semanas antes del Dia de Acción de Gracias de 2021 por el presidente Joe Biden, quien apuntó que “nuestras relaciones con Irán no se han normalizado”.
La declaración de Biden el 4 de agosto de una emergencia de salud pública por la viruela símica libera fondos y recursos federales para combatir un virus que ha infectado ya a más de 10.000 personas en Estados Unidos. Pero las emergencias de salud pública caducan cada 90 días, a menos que las extienda el Departamento de Salud.
Son diferentes de las declaraciones de emergencia nacional, que les dan a los presidentes amplia libertad para emitir políticas y utilizar recursos federales sin necesidad de autorización del Congreso. Eso es lo que quieren los activistas para combatir mejor el cambio climático, pero Biden hasta ahora se ha abstenido pese a la escasez de combustible en el mundo y los altos precios de la gasolina en el país.
“Es de hecho la prueba verdadera de si el presidente toma en serio la crisis del clima”, dijo Karen Orenstein, directora para el clima de Friends of the Earth. “No podría haber un paso más crucial”.
En las últimas cinco décadas, los presidentes en Estados Unidos han declarado 76 emergencias nacionales y 42 siguen en vigor, de acuerdo con una lista compilada por el Brennan Center for Justice de la Facultad de Derecho de la Universidad de Nueva York.
Recientemente, Biden ha declarado emergencias relacionadas con la toma de rehenes y la detención de estadounidenses en el exterior, al tiempo que extendió una para Mali. Ha emitido además órdenes de emergencia sobre Myanmar y Afganistán y para autorizar sanciones contra Rusia, Etiopía e individuos relacionados con el tráfico internacional de drogas.
Esas declaraciones se derivan mayormente de la Ley de Emergencias Nacionales de 1976, que se produjeron después que el presidente Richard Nixon emitió varias, incluyendo sobre restricciones monetarias y una huelga nacional de correos.
La ley requiere que esas declaraciones expiren automáticamente después de un año, a menos que el presidente ordene su renovación. El Congreso también puede extender las emergencias, pero para ello necesita una mayoría de dos tercios de los votos para evitar un veto, algo que nunca ha ocurrido.
“El origen de la ley fue claramente un intento de fijar límites al poder presidencial”, dijo Chris Edelson, autor de “Emergency Presidential Power: From the Drafting of the Constitution to the War on Terror”. “Antes de aprobarse medidas, los presidentes podían declarar emergencias y nadie sabía realmente lo que significaban. Y seguían vigentes durante décadas”.