NUEVA YORK (AP) — La presión sobre Carlos Alcaraz, el nuevo fenómeno español del tenis, es inmensa.
El nuevo Nadal. El próximo número uno. El siguiente de todo.
Con apenas 20 años, Alcaraz prefiere echarle agua fría a todo el ruido que le rodea.
Por lo pronto, el martes, superó su primera prueba en el Abierto de Estados Unidos cuando su rival argentino Sebastián Báez tuvo que abandonar en el tercer set por una lesión en la pierna derecha.
“Diría que hay un poco de presión sobre mí, pero trato de no pensar en eso”, dijo. “No soy el siguiente. Me veo nada más como el número cuatro (del ranking). Vivo en el momento, así que no pienso si soy el relevo de alguien o el siguiente gran jugador”.
En una tarde de calor sofocante, Alcaraz iba ganando 7-5, 7-5, 2-0 cuando Báez consultó con el médico y tiró la toalla para poner fin a la que fue una entretenida batalla en el estadio Arthur Ashe.
“Nadie se merece acabar así", afirmó Alcaraz sobre el 37mo del ranking. “En el segundo set, me ha costado mucho mantener mi nivel, tanto física como mentalmente. Pero la energía que recibí (del público) fue algo especial”.
Justamente en Nueva York, hace un año, Alcaraz empezó en serio su progresión hacia la élite. Era el número 54 del mundo y alcanzó los cuartos de final. Ahora es el cuarto del ranking, en una temporada en la que ya ganó dos títulos Masters 1000 — en Miami y Madrid. En abril, un mes antes de cumplir los 19, se convirtió en el hombre más joven en irrumpir en el Top 10 desde que Nadal lo hiciera 17 años antes.
Fue cobijado por la etiqueta de favorito al título en los últimos dos grandes, pero fue frenado en los cuartos de final del Abierto de Francia y en octavos en Wimbledon.
En la antesala del US Open, Alcaraz reconoció sin tapujos que no supo manejar la presión al caer en su estreno en el Masters de Montreal a inicios de mes.
Ahora quiere ir con calma. Desea ser el “Carlitos” de hace poco.
“Quiero disfrutar estos momentos, luchando contra los mejores del mundo en los mejores torneos”, afirmó. “Nada más eso, disfrutar”.
Su siguiente oponente será Federico Coria, otro argentino. Después de caer a las primeras de cambio en los anteriores cinco majors que había disputado, Coria despachó 7-5, 6-4, 6-3 al neerlandés Tallon Griekspoor.
¿El plan ante Alcaraz?
“Necesito un milagro, pero pero voy a tratar de incomodarlo lo más posible con mi juego", dijo Coria antes de sumarse al coro que apunta al español como la próxima estrella. "Es un honor y un privilegio jugar con el que va a estar por los torneos grandes”.