El evento, que reúne a toda la familia real y que preside el nuevo rey Carlos III, cuenta con un amplio despliegue de seguridad sin precedentes y una logística no vista antes a cargo del Ministerio de Asuntos Exteriores de Reino Unido.
En cuanto al lugar donde serán depositados los restos mortales de Isabel II, reposará junto su esposo Felipe VI, duque de Edimburgo, su hermana y su padre en el Castillo de Windsor.
La procesión que se realiza este 19 de septiembre no se registraba desde el funeral del rey Jorge VI, en el año 1952.
La ceremonia religiosa comenzó a las 11:00 y fue oficiada por el deán de Westminster, David Hoyle, que expresó la gratitud de los británicos por el “sentido del deber” de la reina durante toda su vida. “El patrón para muchos líderes es ser exaltado en vida y olvidado después de la muerte”, dijo durante su sermón el arzobispo de Canterbury, Justin Welby. “Su difunta Majestad declaró en su 21 cumpleaños que toda su vida estaría dedicada a servir a la nación y a la Commonwealth. Pocas veces se ha cumplido tanto una promesa”, añadió. Una de las lecturas, a cargo de la primera ministra, Liz Truss, evocó la promesa de la vida eterna en el cielo.
Los cerca de 2 mil invitados ‘in situ’ al funeral comenzaron a llegar a la Abadía a las ocho de la mañana, entre ellos 500 jefes de Estado y dignatarios extranjeros, miembros de la realeza llegados de todo el mundo, militares condecorados por su servicio al país y civiles que han destacado por su labor en la comunidad. Los líderes políticos llegaron en autobuses, así como los Reyes Felipe y Letizia, y los reyes eméritos Juan Carlos y Sofía. La excepción fue el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que acudió a la Abadía en su coche blindado, conocido como la “bestia”, y que acabó atascado durante varios minutos en Marble Arch. El presidente francés, Emmanuel Macron, de la mano de su muer, Brigitte, fue uno de los primeros mandatarios en ocupar asiento. Los ex primeros ministros John Major, Tony Blair, Gordon Brown, David Cameron, Theresa May y Boris Johnson entraron a la Abadía en grupo, acompañados de sus respectivos cónyuges.
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A las 10:42 en punto, en medio de un silencio apabullante, el ataúd de la reina fue depositado sobre un carro de artillería utilizado anteriormente para los funerales del Rey Eduardo VII, el Rey Jorge V, el Rey Jorge VI, Winston Churchill y Lord Mountbatten. Sobre el féretro, dos coronas: la Imperial de Estado y otra de flores con plantas —de los jardines de Buckingham, Clarence House y Highgrove House— que incluía romero (símbolo de recuerdo), mirto (que lució en su ramo de novia) y roble inglés (la fuerza del amor).
Encabezados por 200 gaiteros, más de 140 miembros de la Marina Real tiraron del carro con inmaculada coordinación a través de Parliament Square hasta la puerta oeste de la Abadía, cuyas campanas doblaron 96 veces antes del funeral, una por cada año de vida de Isabel II. Detrás del ataúd, como ya hicieran el pasado miércoles durante su traslado desde el Palacio de Buckingham a Westminster, caminaron el rey Carlos III, sus tres hermanos —Ana, Andrés y Eduardo— y sus hijos, Guillermo y Enrique. En esta ocasión, Enrique y el príncipe Andrés no han lucido uniforme militar, al haber sido despojados de sus tareas como miembros de la familia real. Hasta el altar de la Abadía siguieron el féretro la reina consorte, Camilla, la princesa de Gales, Catalina, sus dos hijos —Jorge y Charlotte— y la duquesa de Sussex, Meghan.
Joe y Nolan, dos marines que participaron en los preparativos pero no llegaron a sumarse a la procesión, siguieron la ceremonia muy firmes entre el público: “Estábamos de reservas pero nos quedamos fuera, aunque pudimos pasar a la capilla ardiente y rendir tributo a la reina. Este es un momento solemne e histórico para todos nosotros. Lo recordaremos toda la vida”.
El féretro con los restos mortales de la reina realiza su último viaje esta tarde. A las 13:00 recorrerá en coche fúnebre los 35 kilómetros que conducen desde Londres al castillo de Windsor, donde han residido 40 monarcas británicos. Después de una breve procesión, en la que ya aguardan miles de personas, el ataúd llegará a las 16:00 a la capilla de San Jorge. A continuación, el deán de Westminster oficiará un breve servicio religioso con 800 invitados y a las 19:30 Isabel II será finalmente enterrada en una ceremonia privada de la familia real.
“El trabajo es la renta que pagas por la habitación que ocupas en la tierra”, decía la reina de Inglaterra. Tras siete décadas de servicio a Reino Unido, descansará junto a su marido durante 73 años, Felipe de Edimburgo. Grabado en su lápida: “Elizabeth II 1926-2022″.
Sigue en vivo la transmisión:
Los reyes de España juntos
El funeral por Isabel II ha conseguido reunir por primera vez en público a los cuatro Reyes de España en un momento histórico que no se repetía desde enero de 2020, cuando acudieron al funeral de la Infanta Pilar.
Felipe y Letizia ocupan, junto al os eméritos Juan Carlos y Sofía, un lugar reservado para las casas reales que se han trasladado a Londres para asistir al funeral. Están en segunda fila, detrás de Margarita de Dinamarca y su hijo Federico; Carlos Gustavo y Silvia de Suecia y Guillermo y Máxima de los Países Bajos, que también comparten fila con la princesa Beatriz.
Así, tal y como ha dispuesto el protocolo,Felipe VI encabeza la segunda fila, seguida por Doña Letizia, Don Juan Carlos y Doña Sofía. El Emérito porta el toisón de oro, máxima condecoración de España, mientras que el jefe del Estado viste uniforme de Gala de la Armada.
Esta es la primera imagen de los cuatro Reyes juntos, pues aunque llegaron a Londres a la vez, hasta el momento no se había dado un encuentro en un lugar con cámaras. El domingo, Don Felipe, Doña Letizia y Doña Sofía llegaron a Londres en un avión de la Fuerza Aérea Española mientras Don Juan Carlos aterrizó por en la capital británica en un vuelo directo desde Abu Dhabi. El Emérito se reunió con su esposa en un hotel, mientras Don Felipe y Doña Letizia pusieron rumbo a la Embajada de España, donde se alojan estos días por cuestiones logísticas.
Termina el funeral de Estado
Así concluyó el funeral de Estado de la reina Isabel II en el Castillo de Windsor tras una emotiva ceremonia religiosa de despedida dentro de la capilla de San Jorge donde estuvieron presentes los miembros de la Familia Real.
Retiraron la corona, el orbe y el centro del Estado Imperial que estaban sobre el féretro de la monarca para colocarlos sobre un altar, mientras que el decano de Windsor, Lord Charmberlain, rompió el bastón ceremonial sobre el ataúd de Isabel II como señal de que la ceremonia fúnebre finalizó.