El gobierno de Joe Biden dio a conocer el martes una serie de objetivos ambiciosos dirigidos a combatir los daños causados por el surgimiento de los sistemas de inteligencia artificial, incluyendo directrices sobre cómo proteger la información personal y limitar la vigilancia.
El Plan de Acción para una Carta de Derechos de Inteligencia Artificial no fija acciones específicas de ejecución, sino que es presentada como un llamado a la acción por el gobierno para proteger los derechos digitales y civiles en un mundo lleno de inteligencia artificial, dijeron funcionarios.
“Esto es el gobierno Biden-Harris diciendo que necesitamos trabajar juntos, no solamente en todo el gobierno, sino en todos los sectores, para poner realmente la equidad en el centro y los derechos civiles en el centro de las formas en que hacemos y usamos y gobernamos las tecnologías”, dijo Alondra Nelson, vicedirectora de ciencia y sociedad en la Oficina de la Casa Blanca de Políticas de Ciencia y Tecnología. “Podemos y debemos esperar más y demandar más de nuestras tecnologías”.
La oficina dijo que el documento oficial representa un avance grande en la agenda del gobierno para hacer que las compañías tecnológicas rindan cuentas y resaltó los diversos compromisos de agencias gubernamentales para considerar nuevas reglas y estudiar los impactos de las tecnologías de la inteligencia artificial.
El documento se da a conocer luego de un año de consultas con más de dos decenas de departamentos e incorpora además opiniones de grupos de la sociedad civil, tecnólogos, expertos de la industria y firmas tecnológicas como Microsoft y Palantir.
Propone cinco principios centrales que la Casa Blanca deben ser incluidos en los sistemas de inteligencia artificial para limitar los impactos del sesgo algorítmico, dar a los usuarios control sobre sus datos y garantizar que los sistemas sean usados de forma inocua y transparente.
Los principios resultantes, no vinculatorios, citan estudios académicos, estudios de agencias y reportes noticiosos que han documentado daños reales causados por herramientas de inteligencia artificial, incluyendo herramientas de reconocimiento social que contribuyeron a arrestos erróneos y un sistema automatizado que discriminó a solicitantes de préstamos que asistieron a universidades históricamente negras.