Los altos precios de la gasolina son un problema que el presidente estadounidense Joe Biden sigue tratando de solucionar, y los esfuerzos realizados durante casi un año han hecho poco para reducir significativamente los costos.
Con la liberación 15 millones de barriles de la reserva estratégica de Estados Unidos el miércoles y la posibilidad de hacer nuevos retiros en los próximos meses, el mandatario le está diciendo a los votantes frustrados antes de las elecciones de noviembre que la Casa Blanca no se ha rendido.
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Biden rechazó la noción de que la decisión fuera tomada por cuestiones políticas. Pero el asunto tiene claras implicaciones políticas, ya que el índice de aprobación del presidente se ha movido de forma inversa a los cambios en los precios de la gasolina, que siguen siendo altos a pesar de haber bajado desde el pico que alcanzaron en junio.
“No están bajando lo suficientemente rápido”, dijo Biden en declaraciones en la Casa Blanca. “Las familias están sufriendo. Me han oído decirlo antes, pero lo entiendo”.
Biden ha dicho constantemente que los altos precios son culpa de la invasión de Rusia a Ucrania a principios de este año. Cualquier descenso en los precios de la gasolina —sin importar su magnitud— el presidente lo atribuye a sus políticas.
Biden negó que su última medida tuviera que ver con las próximas elecciones, aunque en una entrevista con The Associated Press a principios de año dijo que sus índices de aprobación parecen moverse en la dirección opuesta a los precios de la gasolina.
“No tiene ninguna motivación política”, afirmó Biden el miércoles en respuesta a las preguntas de los periodistas.
La cuestión que queda abierta es si el anuncio hará una diferencia en las elecciones al Senado y a la Cámara de Representantes en noviembre, que podrían decidirse por márgenes muy estrechos.
El anuncio de Biden se produce cuando los precios de la gasolina han bajado en las últimas dos semanas. Sin embargo, la gasolina sigue costando un promedio de 3.85 dólares por galón (1.01 dólares por litro), una cifra superior a los 3.35 dólares por galón de hace un año, y a los 2.40 dólares que costaba alrededor de su fecha de investidura en 2021.
El anuncio del miércoles completa la liberación de 180 millones de barriles autorizada por Biden en marzo, que inicialmente debía producirse a lo largo de seis meses. Biden también había ordenado la liberación de 50 millones de barriles en noviembre de 2021 y prometió investigar la posibilidad de que existiera manipulación de precios.
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La liberación del petróleo ha llevado a la reserva estratégica del país a su nivel más bajo desde 1984, en lo que la administración calificó de “puente” hasta que se pueda aumentar la producción nacional.
La reserva contiene ahora unos 400 millones de barriles de petróleo, un nivel que, según los opositores, tiene más que ver con los intentos de Biden de ayudar a sus colegas demócratas que de estimular la producción de petróleo en Estados Unidos.
