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EEUU da direcciones de oficinas como domicilio de migrantes

Las venezolanas Yeysy Hernandez, a la izquierda, y Candy Cegarra hablan durante una entrevista con The Associated Press el jueves 13 de octubre de 2022 en Nueva York. (AP Foto/Mary Altaffer) AP (Mary Altaffer/AP)

NUEVA YORK (AP) — Cuando Wilfredo Molina llegó a Estados Unidos desde su Venezuela natal les dijo a los agentes fronterizos que quería ir a Miami pero que no tenía una dirección. Lo dirigieron a lo que pensó que era un refugio en el centro de Manhattan, pero resultó ser un edificio de oficinas.

“Era un edificio falso. No entendía qué era”, dijo.

Molina es uno de los 13 migrantes que llegaron recientemente a Estados Unidos y que aceptaron compartir con The Associated Press los documentos que la Patrulla Fronteriza les entregó cuando quedaron libres de su custodia tras cruzar la frontera con México. La AP descubrió que la mayoría de los migrantes no tenía idea de adónde iban, ni tampoco las personas en las direcciones que figuran en su documentación.

La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, que supervisa a la Patrulla Fronteriza, no respondió a las repetidas preguntas sobre las familias y las personas entrevistadas y las direcciones que se les asignaron.

Los documentos mostrados a la AP dejan entrever un patrón que llevan a cabo los agentes de la Patrulla Fronteriza, particularmente en Texas, que envían a inmigrantes sin amigos ni familiares en Estados Unidos a oficinas que no reciben aviso de que van a llegar. A menudo esos lugares no tienen espacio para albergar a los migrantes y, debido a que esas direcciones aparecen en el papeleo de los migrantes, el gobierno suele enviarles avisos importantes allí.

“Creemos que la Patrulla Fronteriza está intentando demostrar a las ciudades del interior el caos que ellos experimentan en la frontera”, dijo Denise Chang, directora ejecutiva de Colorado Hosting Asylum Network. “Sólo necesitamos coordinar con ellos para que podamos recibir a las personas adecuadamente”.

Las direcciones en los documentos mostrados a la AP incluían oficinas administrativas de Caridades Católicas en Nueva York y San Antonio; una iglesia en El Paso, Texas; una casa privada en West Bridgewater, Massachusetts, y un grupo que opera refugios para personas sin hogar en Salt Lake City.

Una familia venezolana que llegó a las oficinas administrativas de la Cruz Roja Estadounidense en Denver fue remitida a varios refugios antes de que alguien se ofreciera a acogerla. Los inmigrantes que llegaron a Nueva York terminaron en refugios, hoteles o apartamentos temporales que la ciudad les ayudó a encontrar y pagar.

Todo esto ocurre en un momento en que las autoridades estadounidenses están deteniendo a enormes cantidades de migrantes en la frontera con México. El gobierno estadounidense detuvo a migrantes 2,15 millones de veces entre octubre de 2021 y agosto de este año, la primera vez que el número supera los dos millones en un año fiscal.

Muchos son expulsados ​​de inmediato en virtud de una orden de salud pública conocida como Título 42, la cual niega a las personas la posibilidad de solicitar asilo con el fin de evitar la propagación del COVID-19. Pero otros, incluidos los procedentes de Cuba y Nicaragua —países con los que Estados Unidos tiene relaciones tensas— son liberados con avisos para comparecer ante un tribunal de inmigración o bajo libertad condicional humanitaria. Esos migrantes deben decirles a los agentes dónde vivirán, pero muchos no pueden proporcionar una dirección.

“Casi parece que, en la frontera, los funcionarios simplemente están buscando cualquier dirección de grupos sin fines de lucro o simplemente buscando cualquier nombre y simplemente anotando eso sin verificar si esa persona (el inmigrante) lo ha mencionado, si hay camas o refugio en ese lugar, o si ese es un lugar que puede proporcionar asistencia legal”, dijo Lauren Wyatt, abogada de Caridades Católicas de Nueva York. “Claramente esta no es la forma más efectiva de hacer esto”.

La mayoría de los migrantes entrevistados en Nueva York se habían subido a autobuses financiados por los contribuyentes que Texas y la ciudad de El Paso han estado enviando regularmente a esa ciudad.

Los gobernadores republicanos Ron DeSantis de Florida, Greg Abbott de Texas y Doug Ducey de Arizona también han estado enviando inmigrantes liberados en la frontera a bastiones demócratas, incluidos Chicago, Washington y la isla Martha’s Vineyard, Massachusetts. Han sido criticados por no notificar a los funcionarios locales sobre los envíos. Los republicanos dicen que están mostrando al mundo los problemas de las políticas de inmigración del presidente Joe Biden.

El gobierno de Biden acordó recientemente aceptar hasta 24.000 venezolanos en los aeropuertos de Estados Unidos si solicitan asilo por anticipado a través de internet y muestran los datos de patrocinadores ubicados en territorio estadounidense. De manera similar acepta a refugiados ucranianos debido a la invasión de Rusia. México ha dicho que aceptará a los venezolanos que cruzan la frontera hacia Estados Unidos y que posteriormente son expulsados ​​bajo el Título 42.

Yeysy Hernández, una venezolana que llegó a Nueva York después de tomar uno de los autobuses de El Paso, dijo que la dirección en sus documentos es de una iglesia de El Paso en la que durmió una noche.

Cientos de inmigrantes se han presentado en una de las oficinas de Caridades Católicas de Nueva York con documentos que muestran esa dirección. Wyatt dijo que el grupo se quejó y el gobierno prometió poner fin a la práctica para el 1 de agosto, algo que “obviamente no ha sucedido”.

Además, el grupo ha recibido más de 300 avisos para comparecer ante un tribunal de inmigración dirigidos a personas que la organización no conoce, dijo Wyatt. También recibió órdenes de deportación de inmigrantes que no comparecieron ante el tribunal porque sus avisos fueron enviados a una dirección de Caridades Católicas.

Víctor Quijada viajó con familiares el mes pasado a Denver, Colorado, después de que los agentes fronterizos los enviaron a un edificio de oficinas de la Cruz Roja Estadounidense. Una vez allí, fueron remitidos a un albergue de la ciudad, que también los rechazó. A la larga encontraron un refugio que los acogió unos días, pero se sentían inseguros.

“Fue duro lo que tuvimos que pasar; desde las cosas que teníamos para comer, hasta estar en las calles. Fue una experiencia que no le deseo a nadie”, dijo Quijada.

Chang, de la Colorado Hosting Asylum Network, finalmente llevó a la familia a su casa, y su organización los ayudó a alquilar un apartamento. Dijo que sabe de varios migrantes asignados a direcciones de grupos que no pueden ayudarlos.

“Las cinco familias con las que he trabajado en los últimos tres meses, las cinco fueron recogidas de la calle, literalmente sentadas en la acera con niños”, dijo.

El edificio en el centro de Manhattan al que Molina acudió es una oficina de reasentamiento de refugiados del International Rescue Committee (IRC), pero brinda servicios limitados a los solicitantes de asilo allí, dijo Stanford Prescott, un portavoz del grupo.

Sólo una de las oficinas del IRC en Estados Unidos, en Phoenix, opera un refugio para solicitantes de asilo, y la mayoría permanece allí menos de 48 horas. Sin embargo, sus oficinas en Dallas y Atlanta también han sido incluidas en los documentos de los migrantes.

“Estamos profundamente preocupados por el hecho de que enumerar estas direcciones de manera errónea pueda generar complicaciones para los solicitantes de asilo que están siguiendo un proceso legal para buscar seguridad en Estados Unidos”, dijo Prescott.

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