Durante las celebraciones del Día de Muertos en México (1 y 2 de noviembre), es común ver por las calles a personas con vestimenta elegante y maquillaje que da la impresión de que se trata de una esqueleto andante a los que se conoce “Catrín”, en el caso de los hombres; y “Catrina” en las mujeres; sin embargo, este atuendo común durante las festividades suele confundirse o asociarse con el culto a la “La Santa Muerte”.
La Catrina
“La Catrina” o “Calavera Garbancera” es en la actualidad una figura icónica del imaginario mexicano del Día de Muertos; no obstante, su primera representación y posterior bautizo se le debe a los artistas José Guadalupe Posada y Diego Rivera.
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Se cree que Posadas creo el grabado a finales del siglo XIX por influencia del ilustradores como Manuel Marilla quienes utilizaban a las calaveras para satirizar situaciones políticas y sociales. No obstante, la primeras apariciones del grabado en metal de Posada ocurrieron entre 1912 y 1913, y el nombre original de la obra fue “Calavera Garbancera”, pues se conocía “Garbanceras” a la vendedoras de garbanzo que a pesar de tener orígenes humildes adoptaban vestimentas europeas renegando de sus raíces.
Fue Diego Rivera el que le dio el mote de “La Catrina” y la inmortalizó con su atuendo pomposo de plumas también en 1947 en su mural “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central”, donde aparece Posada al lado de su inmortal grabado.
La Santa Muerte
La imagen de la llamada “Niña Banca” o “Santa Muerte” surgió del culto al santo apócrifo que se venera en algunas partes de México desde finales del siglo XX. Generalmente se asocia este credo con la población carcelaria en nuestro país y con la tradición de brujería en Catemaco, Veracruz; con sectores de la población marginados, en desesperación y quienes no encontraron consuelo en las religiones convencionales.
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El culto a la Santa Muerte empezó a hacerse público a partir de la década de 1960 y tuvo un mayor crecimiento en la década de los 2000, cuando obtuvo un registro (2003) ante la Secretaría de Gobernación (Segob) que sería revocado años más tarde (2005). A pesar de esto, desde 2001 se erigió la primera estatua de la Santa Muerte en la Ciudad de México en el barrio de Tepito en la alcaldía Cuauhtémoc.
El credo no es reconocido por la religión católica ni otras iglesias emanadas del cristianismo. Es relacionado con militantes de organizaciones delictivas se ha popularizado en distintos sectores de la sociedad y, a pesar de que su “obispo”, David Romo Guillén, fue detenido en 2011 por las autoridades capitalinas por su participación en el secuestro de los suegros del político, Armando Ríos Piter, el culto sigue manteniendo creyentes en distintas latitudes de México y el extranjero.
A diferencia de “La Catrina” que porta atuendo elegante, las imágenes de la Santa Muerte suelen traer una túnica con capucha, una oz y un globo terráqueo en la mano izquierda o una balanza.