MADRID, 24 (EUROPA PRESS)
El oficialismo ruso justifica esta reforma en la necesidad de combatir lacras como la pedofilia, pero para las organizaciones defensoras de los Derechos Humanos supone un paso más en la represión contra el colectivo LGTBI.
Las autoridades rusas prevén perseguir cualquier tipo de contenido considerado contrario a los valores conservadores en Internet, medios de comunicación, libros, películas y anuncios, según los medios oficiales rusos.
No se permitirá, por ejemplo, difundir contenido sobre orientaciones sexuales consideradas no tradicionales, con un apartado específico para evitar que se pueda hacer "propaganda" de terapias de reasignación de género.
Las multas por "propaganda" LGTBI pueden llegar a 400.000 rublos (unos 6.400 euros) en el caso de ciudadanos de a pie, o 800.000 rublos si se trata de funcionarios. En el caso de entidades, la pena se eleva hasta los 5 millones (más de 79.000 euros), informa la agencia Interfax.